miércoles, 2 de mayo de 2012

Una vela a Nuestra Señora de Lluc.

En primer lugar, como el gran Pepe Isbert en "Bienvenido Mister Marshall"


decir a mis cientos de miles de seguidores que os debo una explicación, y esa explicación que os debo os la voy a pagar, jajaja.

Después de venir del Ultra Mallorca Sierra de Tramontana anduve algo liado, después algo perezoso y finalmente desganado, además como por algunas otras vías ya había dado cuenta somera de mi resultado dejé pasar los días sin más, pero este fin de semana de la Media de Ciudad Rodrigo algunos de esos cientos de miles me habéis pedido cuentas, así que allá van.

En primer lugar decir que no compré los bastones, antes de la salida anduve en el Decatlón, pero no había lo que yo quería y como tengo que comprar unos medianamente buenos finalmente opté por no gastar dos veces. En muchos tramos sí me habrían venido mejor que bien, pero tampoco fueron imprescindibles.

 

En fin vamos con la prueba: salida en  Andratx a las 12 de la noche del viernes al sábado, yo andaba en danza desde las 7 y media de la mañana enlazando coche, autobús, avión y turisteo por Palma. Como siempre la salida en estas cosas es emocionante, todos con el frontal y la luz roja trasera encendidas y con una música que dé un poco de "épica" al asunto, en este caso Carmina Burana.

Minutos antes de la salida en el pabellón de Andratx, base de operaciones
Salgo con precaución y a la expectativa, sin saber qué pasará con la rodilla. En los compases iniciales se alternan algunas pequeñas subidas y bajadas, y en esas bajadillas o tramos llanos sí "noto" la rodilla, sin embargo no parece preocupante y enseguida la subida va a ser continua, con lo que al acortarse la zancada y elevar poco los pies del suelo reduciendo el impacto y alternar el trote con el caminar el asunto de la rodilla deja de ser un problema. Al pasar la primera hora sin molestias ya tengo claro que si no acabo no va a ser por la rodilla, pero en ese momento la baja forma, la falta de kilometraje y sobre todo de desnivel acumulado en mis piernas, que sí deberían ser factores determinantes tampoco me preocupan, sólo hay que tirar p´alante.

Esta primera parte nocturna de la prueba no me gusta mucho, claro, es de noche y tampoco hay nada espectacular que ver, pero para mi gusto hay demasiados tramos de pista, generalmente asfaltada. Además compruebo que llevo poca luz, no sólo en comparación a los demás, es que las pilas están muy tocadas y las cambio en el primer control. Por lo general me basta con una luz mediana, sin embargo la mayoría de la gente lleva unos focos que parecen camiones, de los que a veces me aprovecho, pero en otras ocasiones incluso me molestan porque me hacen sombras extrañas. Por cierto al hilo de esto, menudo material que se está viendo. No sólo los frontales, también las mochilas, donde antes abundaban las baratillas del Decatlón ahora predominan las Salomon y Raidlight que valen una pasta.

El segundo tramo para mi es el peor, es donde hay más pista asfaltada y el marcaje es algo deficiente, además las marcas de cinta no tienen reflectante. Lo cierto es que antes de la salida nos comentaron que en algunos tramos le habían quitado las marcas y las tenían que reponer apresuradamente, supongo que sería en esta zona y por eso no le dio lugar a remarcar adecuadamente.

Con en amanecer cambia mi percepción de las cosas, se empieza a ver a nuestra izquierda el mar que antes habíamos oído en algún momento e incluso los caminos me parecen más atractivos.

Echando la vista atrás, venimos de la cala que se intuye en el centro de la foto
Cuando llego a Valldemosa, km 45, están preparándose para salir los de la carrera corta (62 km).

 

En la dura subida que sigue me pasan los primeros. Da gusto verlos correr monte arriba mientras nosotros nos "arrastramos". Siento también envidia de poder correr de esa manera, no envidia por ser de los primeros, o de ganar, ni nada parecido, envidia porque me gustaría poder subir con esa facilidad. Ya en la parte más alta de este tramo nos van alcanzando numerosos participantes de la corta,

 

quizás sea la parte más bonita de la carrera, con unos enormes cortados a nuestra izquierda que caen sobre el mar

 

 y una amplia panorámica a la derecha que nos permite llegar a ver Palma y su bahía.

 

El hecho de que en esta zona nos pasen tantos corredores de la corta, que en otra circunstancia quizás habría sido un poco de incordio, al menos a mí me motiva bastante, porque al llegar arriba, en alguna zona casi llana y luego en la bajada, el verlos correr a ellos me llevaba a mi también a trotar, a un ritmo distinto al suyo, claro, pero me servía de acicate para no dejarme vencer por los kilómetros (más o menos mitad del recorrido) y las horas de pateo.

Salgo del control de Deiá, km. 55, un poco más de la mitad de la prueba con casi 10 horas y ya más de la mitad del desnivel total superado. Piernas cargadas, pero de momento bien.

 

En Sóller (km 63´5)  primera parada larga, avituallamiento con arroz y pasta, de buena gana me habría tomado una cerveza, es lo que más me apetecía, pero allí no había y al salir del avituallamiento no era cuestión de ir hacia atrás en busca de los bares de la plaza que ya habíamos dejado atrás.

Al salir de Sóller nos encaminamos hacia esas montañas
Hasta ahora el día ha sido perfecto, la noche no ha sido nada fría y la mañana no es muy calurosa, además durante el recorrido hay bastante sombra. Pero al salir de Sóller el cuento cambia, es mi punto crítico. Se sube el Barranco de Binaraix por un camino empedrado, ya con bastante calor (es mediodía) y sin sombra.

Empieza la "pasión" con mi particular huerto de los olivos.
El camino se hace muy duro, muy pendiente y el empedrado no ayuda, empiezan a sufrir los pies y las piernas me flojean bastante. He ido perdiendo puestos desde el primer punto de control, pero ahora desde luego me pasa mucha más gente, ya he dicho más veces que cuando hay que andar soy excesivamente lento, pues aquí más aún, jeje. Además a la vista de los numerosos turistas que andan haciendo parte del barranco.

Aunque no se aprecia ya llevamos una buena parte de la subida
Finalizado el barranco queda subir hasta lo alto de un collado ya por sendero

Por fin arriba
 y desde alli se divisa nuestro siguiente objetivo, al pie de un lago-embalse. Por momentos entre la roca caliza y el lago me recuerda a Asturias (aunque le falta algo de verdor).

 

 

Desde el lago se alcanza a ver el punto más alto de la sierra y de la isla el Puig Mayor ( 1.445 metros), por un momento pensé que habría que subir hasta allí.

 
Aunque no subamos allí sí nos queda una última subida fuerte hasta alcanzar algo más de 1.200 metros, el punto más alto de la carrera, otra vez lo paso mal en la subida. 


Desde allí ya se divisa a lo lejos nuestra meta en Pollensa y la bahía de Pollensa, pero aún nos quedan unos 25 km.
 

Sigue un tramo de un divertido baja-sube y el otro punto crítico para mí. Una fortísisma bajada, también por camino empedrado y que hace juramentar no sólo a mí, sino también a los que van cerca en ese momento. Los cuádriceps, a estas alturas están ya más que tocados. Además desde hace algún tiempo noto que se está formando una ampolla en el talón derecho, pero de momento no molesta mucho y prefiero tirar sin descalzarme hasta el final, evitando apoyar sobre esa zona.

Finalmente la bajada suaviza algo y llegamos al último avituallamietno y punto de control, el Monasterio de Lluc, km. 90. A partir de aquí el terreno ya es mucho más suave. Queda una corta subida por carretera y una bajada cómoda también en parte por carretera, cae la noche mientras continúa el descenso en este caso ya por sendero entre bosques y los últimos kilómetros antes de llegar a Pollensa se hacen un poco feos otra vez con bastante asfalto (salvo algunas "trampas" como un paso que nos obliga a meter los pies en un río)  y terreno llano o ligeramente descendente que permite "correr" algo, en parte porque me vine algo arriba, pero sobre todo por acabar cuanto antes.

Al final Pollensa, 107 km, 4.344 m. de desnivel positivo y 22 horas 41 minutos.

 
Como siempre de más a menos, perdiendo puestos en los sucesivos pasos intermedios salvo al final con el último apretón en que pienso que sí que valió de algo la experiencia. Puestos intermedios: 206, 226, 249, 251, 262, 281, 269 y puesto final 258 de 296 que acabaron de los 422 que salieron. Molido, pero muy contento.


Otra isla atravesada que sumar a Gran Canaria y Madeira.

Con el escaso bagaje de entrenamientos y después del golpetazo de la rodilla que ya quedaron reflejados por aquí en su momento no las tenía todas conmigo, sin embargo acabé en condiciones razonablemente buenas, más o menos como en otras pruebas similares. Lo cierto es que durante buena parte de los últimos kilómetros lo he pasado mal, hacía tiempo que no hacía ninguna tan larga y no recordaba lo mal que se pasa, lo lentos que pasan los kilómetros subiendo, el dolor de piernas al bajar, el cansancio que, aunque a veces en terreno favorable la cabeza te dice que puedes correr o trotar, cuando intentas hacerlo las piernas se quejan la arrancar, pero también se quejan al volver a caminar, en fin, lo que muchos ya sabéis.

Pero precisamente por todas las circunstancias previas este "finisher" ha sido un poco especial, no sé si habrá sido "intervención" de Nuestra Señora de Lluc, patrona de Mallorca, a la que, por si acaso, debo una vela la próxima vez que vaya por allí, o si es que el cuerpo ya acostumbrado a muchas palizas realmente "tiene memoria" y un cuerpo "hecho" te permite afrontar ciertos retos sin mucha preparación, lo cierto es que sí he confirmado algo ya sabido, la cabeza y el cuerpo son mucho más fuertes de lo que pensamos, si no te "distraes" con pensamientos negativos, si no piensas en las grandes cifras que pueden marearte, sino en dar un paso más, uno detrás de otro, poco a poco se va haciendo camino.

Sin embargo, el peor momento no fue durante la carrera como tal, sino una vez en el hotel. Al descalzarme comprobé que, efectivamente, tenía una buena ampolla en el talón derecho y no veáis lo mal que lo pasé para poder quitarme las pantorrilleras de compresión, jajaja, con lo apretadas que van no había manera de que saliera del talón sin apretarme la ampolla, pensé que tenía que ducharme con la media puesta, jajaja. Por cierto, llevé las medias por si tenía problemas en los gemelos, pero para lo que me resultaron muy bien fue precisamente para lo contrario, en algunos momentos con tanta subida llegué a tener problemas con los tibiales, que creo que no fueron a más por las medias.

Y para acabar este rollo decir que en contestación a la pregunta del post anterior también estuve el domingo por la playa, pero menos mal que pude hacer la montaña, porque el tiempo no es que estuviera de playa precisamente, vamos para pasear sí, pero no para meterse en el agua, estaba fría y hacía un aire bastante fresco y molesto.

 
 Lo cual no quita para que me pegara un baño, como es de ley.

 
Ah, Mallorca paraíso de ciclistas, sobre todo centroeurpeos: de todas las edades, de todas las condiciones, algunos con pepinacos, supongo que a entrenar en serio, pero la mayoría a darse unas vueltas. En Puerto de Pollensa al parecer hay tres tiendas de alquiler de bicis, y en los pueblos de alrededor habrá otras tantas.

 

Fin del rollo.

Por si finalmente hubo milagro de la Virgen, una de las Cantigas de Alfonso "El Sabio" en honor a los Milagros de Santa María, interpretación de Eduardo Paniagua y su grupo Música Antigua, en la labor que con el sello Pneuma llevó a cabo de grabar  las 427 Cantigas de Alfonso X.

 

10 comentarios:

Xocas dijo...

¡Menuda kilometrada! Desde luego, no sé si es el cuerpo, la cabeza o que eres un jaramugo, pero estás hecho de una pasta dura. Enhorabuena.

davidiego dijo...

Esa pasta dura es necesaria y nosotros contingentes!

Olé el Ciego! Viva!

yonhey dijo...

La madre que te parió, eres una mala bestia, menuda palizaaaa, no me extraña que el finde pasado te quedaras dando agua quietecito.
Enhorabuena por el logro.
Salu2

Anónimo dijo...

Grande Ciego!!

siguen tontos los altos...

Col dijo...

Cuando le pongas una velita a la patrona, pon otra por todos nostros. Por si acaso.
Una ayudita de esa envergadura no viene nada mal.

El recorrido tiene pinta de ser muy chulo. Mar y montaña es siempre una simbiosis perfecta.
Y como colofón no podía faltar el bañito. Eres duro de verdad.
Buena crónica compañero.

Si te lo tengo que explicar... dijo...

Enhorabuena Ciego. Tiene mérito con lo poco entrenado que íbas. Jaramugada total.

CiegoSabino dijo...

Bueno, chicos, gracias por vuestros halagos, sin duda exagerados, jeje.

Se hace lo que se puede, y como reza el dicho "lo que mata no son las balas, es la velocidad que llevan", y como estoy refranero "piano piano se llega (no sé cómo será en italiano ¿"s´arriba"?, así que para no decirlo mal...) lontano". Así que pasito a pasito.... se acaba.

Asís, como no cambie la cosa y empiece a entrenar un poco en serio creo que tendré que comprar una caja grande de velas para las carreras de este año, jajaja.

Atalanta dijo...

A mí, desde que aquellos cuatro inconscientes después de Carnaval, hicimos aquella terrible Transgancanaria, no me da miedo nada. Enhorabuena, dagal. Estás hecho todo un jaramugo.

Michel dijo...

Joder Agus, que pasada, eres un mulo.
Como para correr la Media el domingo.
Enhorabuena y mi admiración.

CiegoSabino dijo...

Atalanta, ya van siendo unas cuantas. Creo recordar que para la Transgrancanaria yo sí "entrené" (más o menos, jajaj).

Míchel porque no me lo había propuesto antes, si no sí la habría "hecho", otra cosa habría sido "correr", jeje. Pero mejor así, además me habríais dejado todos a la cola, sobre tdo Bienvescribe (dinos de una vez qué desayunaste bribón).