viernes, 15 de noviembre de 2013

Ultra Doñana 2013. Arrancada de caballo, parada de burro.


Sevilla, Puerta de Jerez, sábado 9 de noviembre, 8 de la mañana.


Estoy tranquilo. El día parece perfecto. La distancia larga, pero asequible. El desnivel mínimo. Los entrenamientos... bueno, los entrenamientos lo de siempre, un poco caóticos, pero allá vamos. Sólo se me presenta una duda, el fin de semana antes en una salida de unos 18 km. acabé con un dolor en la planta del pie derecho (ligera molestia también en el izquierdo). No es la primera vez que me pasa, pero casualmente viendo el foro de carreraspopulares esos días me enteré de que hay una lesión (o un grupo de lesiones) que se llama metatarsalgia: un dolor en la parte delantera de la planta del pie, el síntoma más identificable es la sensación de correr con una chinita o una pequeña bola bajo esa zona del pie. Como digo ya me ha pasado más veces, no recuerdo cuándo ni qué consecuencias o duración pudo tener, pero si sabes como se llama una lesión parece que es más grave, jajaja. Así que toda la semana con hielo y con precaución dudando de si en una carrera tan larga como la que me esperaba el dolor sería soportable o acabaría por vencer (incluso llevé el frontal en la riñonera. En condiciones normales no tendría problemas para acabar de día, pero por si acaso) . Por lo demás todo bien.

Altimetria

En la salida me coloco más o menos delante. La marcha es "neutralizada"  durante los primeros 6 km hasta llegar a San Juan de Aznalfarache y a un ritmo superior a los 5 min/km voy en el grupo de cabeza sin grandes esfuerzos, de hecho en algún momento llego a encabezar la prueba tras el coche, al que parece que vamos empujando para que vaya más rápido.

En el km. 6 se aparta el coche y a correr, tampoco mucho, algo menos de los 5 min/km, porque poco después empieza la que será la única cuesta que podemos llamar como tal, unos 4 km en los que se sube de 0 a 100 (redondeando). Hasta ahora todo asfalto, unos 10 km. A partir de ahora entramos ya en pistas y caminos anchos (creo que por allí los llaman "carriles"), empieza el verdadero camino al Rocío.

Sigo muy cómodo con un ritmo en torno a los 5´ km, o algo inferior. Feliz de la vida. Pienso en que todas las ultras tenían que ser así de llanitas, jajaja, que se puede correr muy bien, no esos cuestoncios matadores. Eso sí, el entorno no tiene nada de espectacular: olivares, camino ancho, llano, sin sombras y sin nada destacable, bueno sí en alguno tramos, sobre todo al principio, destacable por negativo: bastante basura y escombros hasta que nos alejamos de todo núcleo de población o zonas de pequeñas fincas y corrales.


Km 20 en 1:40 o algo menos. Esto es demasiado rápido, lo sé, pero es difícil aflojar si vas bien. Por el km 24 ó 25  un ciclista que viene en sentido contrario me canta el puesto, el 47. Ya lo que faltaba chaval, ¿ahora hasta vas a ir pensando en hacer "puesto"?. Lo justo, como para aflojar. Al contrario parece que siempre hay alguien "a tiro" para pasarlo. Sin embargo sería el canto del cisne. A partir de ahí los kilómetros se fueron haciendo más lentos, por ahora en torno a 5´30, ritmos que nunca volvería a recuperar. Y empieza el rosario de adelantamientos (de momento un rosario, poco a poco, luego ya veremos), que me adelantan a mí, se entiende, no que yo adelante, jajaja.

Este tramo (km 27 más o menos) es lo más parecido a un sendero que pasamos, era una zona en que el camino estaba encharcado y para evitar los charcos y el barro se pasaba entre los árboles al lado del camino.
Parece que la gasolina se va acabando, ya siento la necesidad de hacer algunos ratillos andando y el calor, sin llega a ser excesivo, empieza a dejarse notar.

Km. 39 avituallamiento de Villamanrique de la Condesa, como y bebo bien, que ya lo iba necesitando. Y para adelante. Km. 40, después de la paradita en el avituallmiento, 3 h 37´. Joer pero si estoy casi en ritmos de maratón, jajaja.

Poco después sí que empezaría el declive definitivo, en el tramo entre Villamanrique e Hinojos (los dos únicos pueblos por los que se pasa una vez abandonado el entorno de Sevilla), unos 9 km de subida continua muy suave ya lo empecé a pasar mal. Calor, fatiga y me empezó a doler la planta del pie que hasta ahora había notado sólo con ligerísimas molestias. Ya alterno continuamente el trote con la caminata y  me empieza a pasar la gente "a chorros".

En Hinojos, km 49, me descalzo y aunque sé que no es el problema, reviso alguna posible arruga del calcetín o piedrecilla que me pudiese ir molestando. Ese ratillo sentado me viene muy bien y reanudo la marcha con 5 horas justas y energías renovadas que, naturalmente, duran poco, aunque quedan poco más de 20 km y por muy mal que se dé en un par de horas y media o tres estoy en meta.

El polvo del camino.

Al salir de Hinojos nos empezamos a adentrar en zona de pinares (ya  habíamos pasado alguno más pequeño antes), por fin estamos en terrenos del Parque Natural de Doñana, zona de influencia del Parque Nacional. Esto ya es otra cosa, no es que haya mucho más que pinos y camino, pero es  "más naturaleza", la hierba es de un verde luminoso y la verdad es que se alegra la vista, es un entorno muy atractivo.


Esta zona es la que asociamos a las imágenes que más o menos todos tenemos grabadas de las romerías al Rocío, con sus Pantojas y demás caterva y a las sevillanas que las acompañan y que, aunque no se quiera, todos hemos escuchado alguna vez con sus referencias al polvo del camino y a la sombra de los pinos.

Y la verdad es que polvo del camino hubo, tampoco tanto, porque las lluvias otoñales que habían hecho brotar esa verdísima hierba también había aplacado las polvaredas, no es que los caminos estuvieran húmedos, pero tampoco resecos y polvorientos, eso sí hemos tenido que pasar muchas zonas de arena fina y blanda como si fuera una playa, por otra parte la sombra de los pinos se agradecía enormemente a estas horas del mediodía.


Aunque no estaba yo para muchas alegrías. Los kilómetros se me estaban haciendo eternos, aparte de los dolores de los pies ya me dolían también las piernas, cansadísimo, tenía que parar por completo de vez en cuando y agacharme un poco a ver si se estiraban algo los músculos, me estaban dando también algunos amagos de calambres en los tibiales, en fin que iba fundido del todo. Es entonces cuando me acordaba de los alegres kilómetros iniciales, de esos dichos de la "arrancada de caballo y  parada de burro" o ese otro más "atlético" de "empezar como un viejo para acabar como un joven", de mis absurdas ilusiones de "hacer puesto" cuando todo era de color de rosa, incluso de que una ultra tiene que tener sus buenos cuestoncios para obligarte a caminar y no fundirte corriendo desde el principio, jajajaja, ¡cómo cambia el cuento!. Vamos vejestorio, pero en qué estarías pensando. La gente que me pasaba me dejaba atrás con mucha facilidad, incluso al ver cómo me pasaban algunos pensaba: bueno, van muy rápido, serán de los que corren por relevos. Pero no eran ellos los que iban rápido, era yo que iba lento, jajaja, modificando (naturalmente a peor) el tiempo previsto de llegada.

Tras 13 kilómetros de pinares por fin teníamos a la vista las primeras casas de El Rocío y tras un pequeño rodeo que no parecía venir a cuento (luego he leído que la organización lo hizo así precisamente para evitar el paso por más calles de El Rocío por ser, como realmente lo son, un tanto caóticas. Parece un pueblo de las películas del oeste donde andan los caballos, los carruajes, los coches y las personas cada uno como y por donde mejor le parece) me permití el lujo de hacer los dos últimos kilómetros a ritmo un poquillo más vivo para entrar en meta, a la puerta de la Ermita completando los 72´43 km (según mi Garmin) en 8:36. Tras pasar la meta y beber algo frío sólo estaba deseando descalzarme.


Al final, después de todo lo mal que lo había pasado es un tiempo bastante aceptable, me sale a 7:08 el km, que no está mal y puesto 198 de 386 que acabaron, lo que objetivamente está dentro de mis posibilidades y antes de empezar habría considerado un buen resultado, claro que he hecho 3 h 37´ en 40 kilómetros y 5 horas en los 32 restantes. Coño pues como los buenos casi "doblando" tiempos en la segunda parte, jajajaja.

La carrera en sí no es gran cosa en la mayor parte del recorrido, sí tiene el gran atractivo de hacer el "camino del Rocío",  lo que me llamó la atención desde el principio y me decidió a apuntarme tan pronto la conocí. En el aspecto organizativo razonablemente bien. Los voluntarios muy bien y animosos, además un destacable acompañamiento ciclista, algunos (muchos) formando parte de la organización, pero muchos otros, sobre todo en la primera mitad del recorrido, ciclistas que habían salido a hacer su ruta habitual de fin de semana. Todos con una palabra de ánimo en la boca, así como los vecinos de los pueblos que atravesamos e incluso los guardias civiles o policías locales que controlaban los puntos más conflictivos.

Ah, eso sí la llegada junto a la ermita una gozada, un precioso regalo para acabar.




Como aspecto más negativo el comportamiento de algunos corredores con el entorno. No sé si porque por las características de la prueba había mucho debutante en esto de correr por el campo que no está lo suficientemente concienciado de lo que significa o por qué motivo, pero he encontrado por el campo más basura de los corredores de lo que  sería deseable, desde luego no algo generalizado, pero sí más de lo que se suele ver en otras pruebas de montaña. También parece que la organización cumplió bien su papel y al paso de los últimos corredores fue recogiendo (al menos en el último tramo, el del Parque Natural, que por supuesto era el más delicado y a la vez el más conflictivo para obtener permisos en años sucesivos), porque en la entrega de premios el domingo por la mañana uno de los alcaldes de la zona se congratulaba de que los responsables del parque estaban satisfechos con la limpieza.

Y ya para acabar, esta semana he tenido las piernas cargadísimas, no con agujetas, pero sí con dolores y cansancio, sobre todo en los gemelos, bastante más que después de pruebas más duras.

lunes, 14 de octubre de 2013

Iberman, La Luz (y las sombras).

Por fin retomo "croniquear" una prueba después de un tiempo de vagancia para escribir.

1ª edición del Iberman, La Luz, tri "low cost" distancia IM en las costas de Huelva, de Lepe para ser más exactos.


Desde que tuve conocimiento de su existencia un firme candidato a engrosar mi palmarés "ironmaniano", y es que cuando lo anunciaron hace casi un año,  si no recuerdo mal el precio era 125.-€ solo el tri y 175 con dos noches de alojamiento y desayuno para dos personas en hotel de 4 estrellas. Pero igual que no estoy dispuesto a pagar 400.-€ de inscripción, tampoco lo estoy a apuntarme un año antes y menos a las dos cosas a la vez, por ejemplo, me acabo de enterar de que se han abierto las inscripciones para el nuevo IM de Mallorca de septiembre del año que viene, más de 500.-€  (de momento así ha sido, quizás en algún caso muy muy excepcional, y de darse seguramente sería más en el mundo de la montaña que en el del tri, pueda tragar con lo del precio o con lo de la antelación). A lo que iba, en el Iberman fue tal la avalancha de preinscripciones que en teoría se cerró el cupo y me olvidé del tema.

Hasta hace un par de meses en que supongo que viendo algo por algún foro me enteré de que se habían vuelto a abrir las inscripciones para las últimas plazas. El precio ya no era el inicial, lógicamente, pero lejos de "subirse a la parra" el precio seguía siendo muy apetecible: 225.-€ con las dos noches de hotel para dos personas. Dicho y hecho, además se apuntaba también Atalanta. El primer fin de semana de octubre ya estaba ocupado.

Capítulo 0. El primer susto y preliminares.

Estudiados convenientemente horarios llego a La Antilla (o Islantilla,  la verdad no sé muy bien dónde estuvimos o qué diferencia hay entre ambas) con tiempo suficiente para recoger el dorsal y dejar la bici en boxes sin agobios, pero tampoco es que fuera muy sobrado. Después de unas vueltas para aparcar decido ir lo primero a cumplir esas obligaciones sin subir siquiera a la habitación del hotel.

Me acerco a la zona de secretaría, compruebo mi dorsal en la lista, 414, me ponen la pulserita y siguiente paso: recoger la bolsa con dorsales y demás.

No está. ¿Has comprobado...?. Sí, es el 414. De la mesa de la lado se lo vuelven a confirmar al voluntario. Pues tu bolsa no está. Espera que pregunto a....Pues no. Espera, voy a ver si.... Tampoco. Hasta que aparece una chica. Efectivamente tu bolsa no está, te ha tocado la "china", hay un problema, que realmente no me llegué a enterar cuál era. Espera que llamo a ... y vemos cómo lo solucionamos. Pero tengo que llevar la bici a boxes, cierran a las 21:00, no he pasado ni por el hotel por que no se me echara el tiempo encima y con este follón ... No te preocupes por eso, podrás llevar la bici cuando solucionemos esto sea la hora que sea. Vale. Vete al hotel y te llamamos por teléfono.

Joer qué mal rato, después de más de 500 km de coche, y sin solución de continuidad encontrarme con este lío me hace ir más acelerado y tenso de lo que debía. Cuando estoy en la habitación me llamaron (más rápido de lo que pensaba), asunto solucionado, pásate por secretaría.

Ahora soy el dorsal 708. No obstante, mi sitio en boxes será en el mismo lugar en el que estaba el 414, pero ahora con ese nuevo número (también cambiando en la barra de boxes). ¿Y el chip?. Te lo dan mañana al entrar en boxes. Correcto. A cenar.

Al final, de momento, el tema se solucionó bien, no se demoró demasiado y estoy cenando a buena hora.

Es el momento de contar algo sobre uno de los aspectos más destacados de la organización del Iberman. Como decía al principio por un precio casi "de risa" tenemos dos noches con desayuno para dos personas en hotel de 4 estrellas. Realmente los dos o tres hoteles de la organización son espectaculares. Son dos hoteles gigantes (en uno de ellos centrado el tema de secretaría, dorsales y bolsas para T2 y más tarde la charla informativa en un salón también gigante) separados por una calle y junto a los boxes (o mejor dicho los boxes situados junto a ellos). Son de esos hoteles con cientos de habitaciones, una piscina y un jardín enormes que en plena temporada están (supongo) llenos de turistas con esas pulseritas de "todo incluido" y en los que en la zona de la entrada y recepción casi se puede circular en nuestras flamantes bicis. Un acuerdo beneficioso para todos permite tenerlos llenos de gente fuera de temporada. Los que se quedarían alucinados serían los turistas "normales" que pensarían que iban a estar más solos que en el hotel de "El Resplandor".

La cena también es a precio "de saldo". Buffet con todo tipo de "manjares" apetecibles junto a varias ensaladas de pasta y sendos platos de pasta y arroz a "palo seco" que evidentemente no pruebo (ni unas ni otros). La comida entra por los ojos y me pongo como el Quico, aunque luego realmente no está tan bueno como aparenta, pero bueno, fueron varias las veces que me levanté de la mesa a por otro poco de ..., otro poco de ..., unos pastelitos de éstos... un flan de aquéllos..., jajaja. Una buena cena para lo que esperaba al día siguiente.

El desayuno del sábado, día de la prueba también fue abundante aunque me "corté" un poco, no en cambio el del domingo, seguramente desayuné ese día más que el resto del año junto.

Capítulo 1. Segundo susto.

Con tiempo de sobra me encamino a  boxes con Atalanta. A la entrada, en teoría, me tenían que dar mi chip. Por allí no hay nadie con pinta de ser el encargado de tal menester. Espero un momento junto a la alfombra y el equipo que controlará el paso del chip a la salida de boxes con la bici. Nada. Voy de nuevo a la secretaría, a preguntar o quizás incluso tengan allí el chip. Tampoco. La chica que me atendió el día anterior me vuelve a decir que me lo deben entregar a la entrada en boxes. De nuevo a esperar junto a la alfombrilla. Y el que espera, desespera. El "colchón" de tiempo que tenía para preparar con calma y sin agobios todo lo de boxes: bici, bidones, comida, neopreno, etc, se empieza a desinflar.

El tiempo se empieza a echar encima y decido ir a preparar todo, no sea que lo del chip se retrase y luego no me dé tiempo. Aún tengo margen, pero ya todos los preparativos los hago con el agobio encima. Con el neopreno a medio poner vuelvo a mi punto de cita. Nada. Pregunto a unos y otros, nada. Miro el reloj. Vuelvo a preguntar y a mirar el reloj, nada. Ahora ya sí empiezo a jugar contra reloj. Quedan menos de 10 minutos para la salida, estoy decidido a irme a la playa y hacer la prueba sin chip. Vuelvo a preguntar a un tipo cargado de banderolas y otros achiperres. Es de la Federación Portuguesa, que resultan ser los encargados del cronometraje de la prueba. Le cuento la película y empieza a llamar por teléfono. Varias llamadas y no se resuelve el tema. "Pronto (no es que el tipo metiera prisa a su interlocutor, en portugués viene a ser un saludo), está aquí el dorsal 414 y bla bla bla", y yo "sí pero el chip que me tiene que dar es el 708". El buen hombre con toda la pachorra del mundo y yo mirando el reloj, quedan 5 minutos. Lo único que me da cierto margen es que los jueces están reunidos a nuestro lado, pero en cualquier momento pueden irse a la salida y yo allí "negociando" con el que me pide calma a la vez que yo le muestro el reloj, "sí sí, calma, pero ...". Finalmente se aclara el asunto. El chip me lo tiene que dar otro de la Federación Portuguesa que está en la playa en el arco de salida junto al crono y la alfombra de control del final de la natación.

Ale, a correr como loco por los larguísimos boxes y una vez en la playa a pedir paso desesperadamente por la estrecha pasarela de madera que hay sobre las dunas para llegar al agua y que estaba llena de gente que se dirigía a ver la salida.

Me meto en el agua aunque sólo sea por ver cómo está de temperatura y dar dos brazadas y para afuera. Justamente al salir y, aunque parezca imposible entre el gentío y medio en penumbra, me encuentro a Atalanta y nos contamos nuestras cuitas (él se encontró con que su bici estaba pinchada y también contra reloj tuvo que reparar y dejarla a medio hinchar porque tuvo problemas con la válvula).

Después de tanto correr y tantas prisas tuvimos buen rato para charlar porque la salida se retrasó casi 15 minutos.

Capítulo 2. A nadar con el sol naciente.

El día está empezando a despuntar, el sol aún no se deja ver, pero lo hará en los próximos minutos. Me quedo más o menos en la parte trasera de la salida y empiezo a nadar sin mucho agobio. Ni siquiera en estos primeros momentos he tenido mucho problema. El primer largo perpendicular a la playa, se hace bien,  la boya no está muy lejos y se ve relativamente bien. Al doblar la primera boya la cosa cambia, ahora se nada paralelo a la playa, este segundo largo lo es de verdad, la boya está mucho más lejos y además nadamos en dirección al este, el sol está saliendo con lo que nos deslumbra y es imposible no ya ver, incluso intuir la boya, porque además no hay boyas intermedias que te sirvan de guía. Sí se ve más o menos unas luces de una de las embarcaciones de la organización. Entre eso y  seguir a los nadadores que van delante, aunque muy dispersos, se va orientando uno. No sé si haría muchas "eses", pero la primera vuelta se me hizo muy larga. La segunda la hice algo más cómodo aunque tardara un poco más. Además acabé con muy buen sabor de boca porque en el último largo antes de girar la última boya hacia la playa pude adelantar a un grupito.


Mar muy tranquilo, con algo más de oleaje durante la segunda vuelta, pero nada destacable ni especialmente molesto.

Primera vuelta 48:50, segunda 51:09. Total 1:40:00. La clasificación no da puestos parciales. Según dice todo el mundo natación bastante más larga, parece ser que  los GPS dan  entre 4.300-4.400 metros.

Capítulo 3. La bici, disfrute y encerrona.

La bici es a una sola vuelta, mejor dicho es un trazado lineal, con boxes separados, que nos llevará hasta Portugal. Otro de los aspectos peculiares de este tri, que desde la organización se había destacado en su promoción como el primer IM que une dos países.


En España el sector ciclista es con tráfico cerrado con un auténtico despliegue de lujo de la Guardia Civil controlando en todo momento el trazado, incluso con un helicóptero. También bastante control de los jueces de la federación.

Carreteras de firme perfecto, muchos y muy animosos voluntarios y como se preveía la mayor parte del tiempo viento en contra, no muy fuerte, pero constante, porque el trazado básicamente es ir hacia el norte-noroeste casi todo el rato. Toboganes en general suaves y buenas rectas para rodar rápido, con la salvedad del viento. Según vamos hacia el norte se va ganando altura, hasta llegar a unas zonas de pequeñas sierras que me recordaron mucho a las zonas de nuestras Serradillas y luego una buena bajada aunque con un par de repechones por medio antes de cruzar a Portugal. Creo recordar que en la parte española había dos avituallamientos y si no recuerdo mal no me avituallé en ninguno, en el primero seguro y en el segundo creo que tampoco. A estas alturas aún tengo disponibles mis bidones.

Disfruto como un enano, voy muy cómodo y razonablemente rápido, adelantando a bastante gente (también me pasan unos cuantos).

Se pasa a Portugal en el km 75 llego con una media de algo más de 26 km/h y pensando que una vez en Portugal volveremos hacia el sur y el aire nos dará a favor.

Craso error. En Portugal nos tenían preparada una auténtica encerrona. Ya nos habían advertido de que el recorrido no era para hacer marca, de que había unos 2000 metros de desnivel positivo y aunque el techo del recorrido ya lo habíamos hecho en España lo peor estaba por llegar para mí y para la mayoría, de forma absolutamente inesperada.. Hasta ahora había sido una subida más o menos constante, pero con toboganes en general suaves. Nada más cruzar el puente que nos ponía en Portugal nos topamos con un cuestoncio brutal, he leído en algún sitio que en torno al 17%. Alguno de los que va delante de mí lo veo haciendo eses metiendo los riñones, pasado el primer impulso y viendo el cariz de aquéllo meto el triple plato y para arriba. Un poco más adelante alcanzo a dos participantes caminando con la bici de la mano, seguro que no fueron los únicos. Debieron ser cerca de 2 kilómetros en los que creo que no llegué a quitar el "platillo". 

Este fue el aperitivo de lo que nos esperaba. A partir de aquí hasta meta un continuo sube y baja con rampas muy fuertes, no tanto como esa primera, pero aún tuve que poner el platillo otras tres o cuatro veces. Además las carreteras sin ser malas del todo no son lo suficientemente buenas como para poder rodar rápido en las zonas de bajada o en los pocos tramos medio llanos.

En la zona portuguesa el tráfico es abierto, en general muy escaso y tampoco supuso gran problema (al menos para mí), también con bastante control de la GNR en todos los cruces, pero siempre hay algún coche que puede ocasionar algún inconveniente. Por otra parte muy pocos voluntarios y ningún control de jueces, con lo que salvo una moto que sí he visto varias veces, en Portugal ha sido un recorrido muy solitario. En ocasiones me daba la impresión de que era un domingo cualquiera en que había salido yo solo con la bici. 

Mención especial merecen los avituallamientos. Sin duda lo peor de la prueba. Como dije antes en los avituallamientos de España no había cogido nada así que llegaba a  Mértola, casi km 100,  ya con poca bebida y con intención de cargar agua y Acuarius o similar. Al llegar al avituallamiento, en una pequeña cuesta y tras una curva me encuentro a todo el mundo bajado de la bici y por allí revoloteando. Bidones en el suelo, bicis en el suelo, voluntarios desorganizados... Como no hay nadie repartiendo bebida me  paro también y un voluntario me ofrece geles. Geles no quiero, le pido acuarius. No hay. Bueno pues agua, tampoco. ¿Einnn?. Unos metros más adelante veo a Jony también bajado de la bici a la puerta de una tienda. Ha comprado una garrafa de agua de 5 litros y allí van llenado bidones unos y otros. Me llenan un bidón mientras voy a la búsqueda del otro que acabo de tirar, pero que no encuentro. Según camino de nuevo hacia la bici un voluntario me da otro pequeño que acaba de rellenar en una fuente cercana en la que veo voluntarios y triatletas haciendo cola para rellenar bidones.

El problema se agrava en el siguiente avituallamiento, creo que en Alcoutim. Tampoco hay agua. Yo aún tenía en los bidones, pero ante la imposibilidad de recargar hay que "racionarla". La bebida isotónica, sales o energética o lo que sea que dan es Nutri Sport y aquí si hay, así que a falta de agua me bebo un buen vaso, sabe a rayos, tiene un sabor a jarabe horrible por lo que mezclo otro bote con el agua que me queda en uno de los bidones, uf, ni así mejora.   Estando parado pasa una furgoneta y  nos dicen las chicas del avituallamiento que es la que trae más provisiones, pero no paró en ese momento y decidí no esperar más. En el siguiente avituallamiento creo recordar que ya bebí bien y llegué hasta el final con líquido de sobra, pero con esa sensación de racionamieto en la parte central de la prueba.

A partir de aquí están los tramos más llanos de la parte portuguesa, también es el tramo más bonito, pegados al río Guadiana. Sin embargo no acaban las sorpresas en forma de "muros", parecía que ya entraríamos definitivamente en terreno más "amable" pero aún tuve que volver a poner en otra ocasión el platillo. Casi hasta la misma entrada de Vila Real de Santo Antonio, donde acababa la bici no hemos podido volver a rodar relajadamente.

No asustaros, con un 23 detrás se sube todo.

La bici se hizo durísima, aún viendo el perfil y conociendo el desnivel creo que nadie se imaginaba esa encerrona. Al menos en las bajadas podía sacar el pie de la cala para darle un descanso a mi torturada planta del pie derecho, que como siempre al cabo de tantas horas me acaba doliendo. Y sin embargo quedé muy satisfecho de la bici. En la parte española he disfrutado mucho y en la portuguesa con esas subidas de porcentajes tan fuertes, que no me gustan nada, he ido medianamente bien, eso sí harto.

Al final 7 horas y 14 minutos de bici, incluyendo las paradas. Dice el señor Garmin que 175´3 km., 7 horas y 6 minutos en movimiento, 24´6 km/h de media (iluso de mí yo que pensaba que subiría la media algo en la parte portuguesa al tener el viento a favor y al ser, en teoría, terreno descendente ya que había que volver al nivel del mar) y 2.160 m. de desnivel positivo.

Pero para acabar de rematar todavía faltaba otra vuelta de tuerca. Conté al principio lo de mi cambio de dorsal, pero que mi sitio en boxes era el que me correspondía con el dorsal primitivo. Bien, nos habían dicho que en la T2 estaría todo colocado igual que en la T1. Llego a mi supuesto sitio correspondiente al dorsal inicial y allí no está puesto mi nuevo dorsal, sigue puesta la etiqueta con el 414 y por supuesto no está la bolsa con mis zapatillas. Bueno, imagino que mi sitio estará al final del todo. Voy hasta el fondo de los boxes y tampoco. Ya de mala leche pregunto a unas chicas que hay allí por mi sitio correspondiente al dorsal "807". Allí no está el 807. Media vuelta y a buscar con la bici de la mano hacia atrás. Unos espectadores me advierten de que ya he llegado a mi sitio, el 708. Era tal la empanada que me tenía a esas alturas que incluso le llegué a decir que no buscaba el 708 sino el 807. Tuve que mirar el dorsal de la tija de la bici para enterarme de que efectivamente ese era mi sitio.

Capítulo 4. A correr. ¿Seguro que eso es correr?.

Después de esa transición que aparte del incidente ya me tomé con calma, siendo la T2 más lenta que yo recuerde haber hecho desde que hago triatlón, salgo a correr con mucha calma, al igual que la bici la he hecho fuerte, para correr no me veo con fuerzas ni ganas. El día es caluroso y húmedo, en la bici no se notaba tanto, pero ahora ya se deja sentir. Más o menos por el km 4 ó 5 me cruzo con Atalanta que está acabando la bici, su comentario "Anda que ... vaya tela". Más adelante a lo largo de la maratón he pensado muchas veces en que debía estar a punto de alcanzarme, pero se había retirado más o menos por donde iba yo cuando me crucé con él.


Voy trotando a ritmo cochinero, pero tan pronto se inicia la cuesta para subir al puente que cruza sobre el Guadiana me pongo a caminar, tengo claro que las dos cuestas que hay al principio, luego ya es todo llano,  las voy a hacer  andando. Voy con ganas de mear y me planteo hacerlo desde el medio del impresionante puente, jajaja, pero no me atreví a dar el espectáculo, jeje.

Cruzado el puente, ya de vuelta a España poco antes de entrar en Ayamonte empieza la otra cuesta bastante más fuerte así que a caminar otro rato hasta que se empieza a bajar para salir ya a las afueras de Ayamonte y coger la vía verde que va en principio entre marismas y luego entre cultivos de naranjos (creo).

Tras el avituallamiento que hay nada más empezar la vía verde empieza el calvario. Caminando, pero a paso de tortuga, ni siquiera tengo energías para caminar con cierto brío. Empapao de sudor, asfixiao de calor, pájara total, llega un momento en que incluso me tengo que parar a sentarme un rato. No me planteo la retirada, pero lo cierto es que voy como alma en pena. Me empieza a pasar gente trotando, pero incluso los que van también caminando algún rato me dejan atrás rápidamente. De vez en cuando, más por "vergüenza torera" que por otra cosa troto algo, pero me dura poco la intención. Por momentos habría necesitado meter la cabeza debajo de un grifo de agua bien fría, como dice Atalanta para "enfriar el reactor de Fukushima". Todos los kilómetros de la puñetera vía verde se me hacen eternos. Los avituallamientos son un poco escasos, agua caliente, en algunos Coca Cola caliente, en otros Nutri Sport de ese que decíamos que sabía a jarabe, plátano y yo creo  nada más, o al menos no me acuerdo de más, quizás geles, pero encima como para tomar cosas raras, con el estómago un poquillo revuelto. Veo algunas esponjas tiradas por el camino, pero no en los puestos, salvo en uno. También en eso se han quedado cortos, tenían que haber tenido en cada puesto de avituallamiento unos cubos bien grandes y bien servidos de esponjas o al menos de agua para echarte por encima, porque aunque te echaras algo de la de beber no era cuestión de tirarte un par de botellines por encima no fuera que además también se les acabara. Por cierto, ahora que estoy, que no se me olvide, todos los voluntarios majísimos, muy amables y entusiastas animándonos con ganas incluso después de llevar un pila de horas en sus puestos.

Me entran unas ganas enormes de mear cada poco. Sin embargo no meo más de cuatro gotas incluso con algo de dolor, supongo que sería síntoma de deshidratación. El mono empapado de sudor me está haciendo rozaduras. En fin, una situación calamitosa.

Cuando acaba la zona de marismas empieza a anochecer. No los veo, pero oigo zumbar a  mi alrededor unos mosquitos que deben ser como caballos de grandes, afortunadamente fue sólo durante unos minutos y no me atacaron de forma inmisericorde, si no habrían acabado conmigo, incapaz de defenderme con las suficientes energías.

Sin embargo el anochecer sí trajo algo positivo el descenso de temperatura o al menos de la sensación de calor y humedad me reavivó un poco, de modo que una vez anochecido he podido "correr" algo más y algo más vivo. Llego a La Redondela ya de noche, aquí sí hay un avituallamiento un poco más completo, con más fruta e incluso unos frutos secos. Un poco más adelante, en el km 27 ó 29  hay un control de paso, hay que pasar, si no recuerdo mal, dentro del límite de 13 horas desde la salida. Es un margen que en principio me parecía más que amplio, sin embargo en ese momento ya no me parecía que me fuese a sobrar mucho tiempo. En esa zona se vuelve a pisar el asfalto ya en plena noche. Pasado el control volvemos a terreno campestre por medio de un pinar junto a las dunas. Iluminado con pilotos de bici, lo suficiente para saber por dónde tenías que ir, pero no para ver el suelo. La verdad es que nos habían avisado de que a los últimos se nos haría de noche y habría zonas como esa en que era muy recomendable usar un frontal. Alguno sí lo llevaba, yo lo pensé, de hecho lo había llevado en el equipaje, pero lo que no parece lógico es cogerte el frontal en la T2 cuando empezabas a correr en plena tarde, quizás debían haber establecido un lugar en que recogerlo en alguno de los avituallamientos previos.

La cosa va llegando al fin, entras ya en el paseo marítimo de La Antilla, empiezo a correr con algo más de ganas y de soltura, hay algo de ambiente, de animación y eso también motiva a sacar fuerzas de donde no hay, se pasa por delante de la meta,


pero queda llegar hasta el final de la playa y volver, unos 6 ó 7 km., incluidos uno y medio o dos de playa, pero ya sin paseo, por la arena. Aprovechando la arena más húmeda y dura para caminar otra vez con paso lento.

Volvemos al paseo, otra vez a la poca, pero al menos alguna animación, otra vez se intenta poner la mejor cara dentro de lo que cabe a estas alturas y tratar de entrar en meta "corriendo" con cierta dignidad. Han sido 6 horas de maratón, que no de carrera, porque correr es otra cosa. Mucho peor que en mi peor maratón de IM hasta ahora y mucho peor incluso que en el debut maratoniano en Valtiendas.




Tiempo total 15:05:06, puesto 516 de 548 que acabaron. En resumen razonablemente satisfecho con la natación, muy satisfecho con la bici y a pie la gran petada.

Un cadáver en meta.
Organización con luces y sombras, bastante deficiente en algunos aspectos fundamentales, sobre todo en los avituallamientos. También con algunos fallos previos en cuanto a información e incluso falta de planificación e improvisación en otros. 

¿Repetiría?. Pues quizás sí, porque creo que los fallos tienen solución y que deben haber tomado buena nota de ellos. Además si siguen con el mismo planteamiento en cuanto al precio es muy tentador, frente a los 400-500.-€ que se están manejando por ahí.

lunes, 12 de agosto de 2013

IV Travesía Mi-río-brigense. Un año más cumplimos con la Jaramugada.

Un año más nos fuimos hasta el Risco de Martiago para dar inicio a una de las Jaramugadas ya clásicas, la travesía hasta el pantano, unos 4´5 km. de natación.

Foto "oficial", nadadores: Atalanta, Iron Manu, Pablo, el menda y David. En la piragua Jose y luego se nos añadirían Candi y Mayte que subieron desde el pantano al encuentro. Gracias por acompañarnos y ser nuestros ángeles de la guarda., así como a Chuchi de Descensos Medina como siempre por su amable colaboración y disposición.


Este año con bastante más agua, llegando a tapar justo el puente viejo.


Preparativos


Primera toma de contacto con el agua, estupenda de temperatura, se podía haber nadado perfectamente sin neopreno, pero siempre da seguridad.


A tirarse al agua desde lo alto del puente, jejeje 


Comienza la travesía, cada uno va cogiendo su ritmo


Y va llegando al final. David

  

Iron Manu



Un servidor




Candi, llegando a puerto 


Y hasta aquí llegó la batería de la cámara.

Dos debutantes en esta ocasión que lo hicieron realmente bien: Iron Manu y Pablo, que después de haber estado otros años como acompañante se atrevió con el reto y lo superó.

Después la segunda parte: corriendo hasta las inmediaciones de Ciudad Rodrigo, casi 9 km, David, Atalanta y yo. A ritmo de tortuga, pero entre el calor, el reseco de boca y el cansancio tuve más que de sobra.

lunes, 5 de agosto de 2013

Challenge Vitoria 2013. Libramos del calor, pero no del viento.

En fin, vamos allá con la crónica tardía.

Afronto mi cuarto tri distancia IM, y mi primero de marca. Me había apuntado a mitad de precio aprovechando una promoción que pillé por ahí, si no, no me apunto, me niego a pagar más de 400.-€, así que cara al futuro seguiré buscando pruebas de coste reducido. Evidentemente se ven más servicios, y más parafernalia, pero a la hora de ponerse el mono y tirarse al agua, lo que cuenta es tu esfuerzo y unos buenos avituallamientos.

La organización este año viene amparada bajo la marca Challenge, pero el equipo organizador ya cuenta con experiencia y efectividad demostrada de ocasiones anteriores y como parece ser que va a continuar en años próximos, otra vez por su cuenta desligado de la marca.

A las 6 de la mañana comienzan a salir los autobuses desde el centro de Vitoria hacia el pantano de Ullibarri-Gamboa, donde hemos dejado la bici y el que ha querido el resto del material el día antes. Debí salir en uno de los primeros autobuses porque cuando llegué aún no había mucha gente. Para mi gusto, demasiado pronto, con tanto tiempo esperando la salida (a las 8) no haces sino revisar cosas innecesariamente una y otra vez.


Se nada en la zona de Landa, el entorno es perfecto, suaves laderas verdes, bien cuidadas y con mucho ambiente de furgonetas y caravanas. Mañana fresca y algo nublada, agua a muy buena temperatura (de hecho se estaba mejor en el agua que fuera) supongo que casi al límite para el uso de neopreno (sí se permitió).

Las salidas están organizadas por tandas, primero la élite, luego grupos de edad y finalmente no federados, aunque a veces tanta "organización" resulta un tanto excesiva:  creo que en no federados, femenino salió una chica ella sola.


A mí no sé porqué, me han dado el dorsal 101, el primero tras los asignados para la élite, las salidas son por número de dorsal, por lo que salgo en la primera tanda de grupos de edad, en lugar de hacerlo en la que me correspondería. Sin embargo las clasificaciones sí se hacen teniendo en cuenta la edad, con lo que salgo con 5 minutos menos en la natación y en el tiempo final.

Me quedo en la parte trasera sin agobios salvo los primeros metros. Nado muy cómodo y sin presión hasta que sucesivamente me van alcanzando los que van saliendo en las tandas posteriores, de repente te ves rodeado de gente nadando a toda velocidad, la cosa se va calmando hasta que se repite la situación unos 5 minutos después con los de salidas posteriores. Pero vamos, la natación en general ha sido cómoda, ni siquiera en las boyas he tenido problemas de atascos. Además se nada a una sola vuelta y la gente se dispersa más. Sin embargo el hecho de ser una sola vuelta dificulta en parte la orientación, no se ven las boyas a tanta distancia y te guías por la gente que va delante.Conforme avanzaba la mañana el viento se empezaba a dejar notar y se iba levantando algo de oleaje, contribuyendo a ir haciendo algunas "eses". Particularmente en el último largo ya enfilando hacia la orilla yo creo que me he dejado llevar demasiado por la corriente haciendo metros de más. En cualquier caso, después de leer por ahí parece que a casi todo el mundo la natación le pareció (o incluso las mediciones de gepeses lo confirmarían) más larga. A mí, aparte de que en ocasiones me desviara de la trayectoria más de lo deseable, también se me fue el tiempo a bastante más de lo esperado. Al final 1:27:55.

Transición bien, sin mayores problemas que una pequeña herida que tenía en el talón y que me molestó al ponerme las zapatillas de la bici, temiendo que me fuera a dar la lata durante la maratón, pero las zapas de correr no me molestaron nada, ni me volví a acordar.

Con la bici muy bien, de momento. Son tres vueltas a un circuito rápido y fácil, pero engaña un tanto. La primera parte continuos toboganes, salvo un par de ellos, no llegan a ser ni repechos, en la que ya se nota el viento, que sería cada vez más fuerte. De momento da lateralmente, algo a favor, pero al enfilar en dirección a Vitoria más llano  y en ocasiones con suaves bajadas y muy buena carretera, perfecto para rodar, da completamente de cara y como digo cada vez con más fuerza, lo que nos lleva, supongo que a la mayoría, pero en particular a los últimos a soltar algún que otro "juramenteo", jeje. Es de esas ocasiones en que todo ciclista piensa que el aire es siempre en contra, o si no, al menos lo parece, porque salvo un tramo en que daba claramente a favor, en el resto del circuito era en contra o incluso siendo lateral ligeramente favorable se hacía molesto. Total, que los pronósticos de hacer una muy buena bici se vieron un poco truncados para todos, también para mí, bajando la media a cada vuelta y sobre todo en el último tramo para llegar a Vitoria. A mí me salieron 182´16 km.en 6:33:36, a 27´9 km/h que, pese a todo, me dejan razonablemente satisfecho. 

Como siempre, destacar la labor de los voluntarios, eficaces y muy muy animosos, apoyando en todo momento, aunque a algunos de los que estaban más solitarios en los cruces en la tercera vuelta ya se le notaba que le pesaban las horas. Normal. Agradecido a todos ellos.

Por otra parte, no sé si en Vitoria quedaría alguien por la mañana en sus calles y en sus casas. ¡Qué cantidad de ciclistas nos hemos encontrado por las carreteras!, en bici de montaña o de carretera, en  grupos o solitarios, pero también dando ánimos a todo el mundo.

T2 ya en el centro de Vitoria, transición sin problemas y a correr. Lo estaba deseando. Ya estaba harto de bici y de viento y, aunque menos que en otras ocasiones, ya me estaba doliendo desde hacía rato la planta del pie, con lo que salir a correr era casi un alivio. Se empieza a correr por todo el centro de Vitoria, con muchísimo público y animando sin parar, lo que unido a esas "ganas" que traía hacen que corra rápido y a gusto. Claro esa falsa gasolina de la euforia dura dos o tres kilómetros, no más. Luego ya hay que ponerse en plan "económico". 

Tengo claro que quiero hacer una buena carrera, intentando caminar lo menos posible, mantener el trote aunque sea muy ligero el mayor tiempo posible. Y más o menos lo consigo. Tengo presente y, me sirvió en muchas ocasiones, el recuerdo de la subida a la Peña el fin de semana anterior, el día de "En tos lus frentis" en que me empeñé en hacer toda la subida "corriendo" pese a que en ocasiones me veía muy tocado. Además no hace calor, o al menos no hace mucho calor. Yo lo temía más que al viento; la semana anterior habíamos tenido temperaturas sofocantes, sin embargo el fin de semana se presentó relativamente fresco, para mí perfecto, no obstante en las horas centrales del día a finales de julio va a hacer calor sí o sí.. No desaproveché la ocasión de echarme agua por encima en todos los avituallamientos y en un par de fuentes que había por el camino. Hablando de avituallamientos, otra vez un 10 para los voluntarios por su trabajo y por sus ánimos. El circuito también es muy bueno, con mucha sombra, por parques y paseos  y pasando por el centro de la ciudad en cada vuelta. Mucha gente animando de forma entregada, lo que ayuda mucho y a la vez supone cierto peligro, porque esos ánimos te llevan a apretar, corriendo el riesgo de "pasarte de revoluciones" en determinados momentos, pero bueno, se agradecen enormemente. Ya al final de la bici en ocasiones tenía unas molestias en los cuádriceps, justo encima de las rodillas, que han ido a más durante toda la carrera, cada vez con más "dolor", supongo que falta de preparación suficiente, pero que no me impedían correr, sin embargo, en la última vuelta de vez en cuando me han dado unos latigazos en los gemelos que me hacían pisar mal, con sensación incluso de casi caerme. Ya estaba yo pensando en que iba a entrar en meta dando el espectáculo, jeje, pero afortunadamente fueron problemas puntuales que no fueron a más.

Al final con pequeños tramos caminando y recuperando muy bien al volver a correr, sobre todo después de los avituallamientos, de modo que al reiniciar la carrera volvía a adelantar a algunos que me habían pasado antes, casi cumplí el objetivo. Por cierto si la bebida hubiera estado fría habría sido fabuloso. Sugerencia para la organización: avituallamientos con la bebida fría y con algo de picoteo salado. Apenas comí algunos trozos de melón y sandía, pero simplemente comer algo salado por cambiar el sabor de la boca me habría venido bien. Ah y ya si ponen un cañero con cerveza precisamente para eso mismo, meter en la boca algo que quite el sabor dulzón de Acuarius, Coca Cola y demás, ya la bordan, jajaja. Bueno, como decía objetivo casi cumplido: 4:43:48 en la maratón, contento, pero todavía hay margen de mejora. Lo que me deja más satisfecho es que en la última vuelta, pese a los dolores que decía antes, pero también con la temperatura ya más baja, he ido mejor que en las anteriores, salvo la primera claro (a falta de saber tiempos parciales en la carrera  esa sensación tengo).

Meta el sábado por la noche.
Al final 12:51:25, puesto 431 de 499  (en la clasificación salgo con 12:46 y puesto 419, por lo que comentaba al principio de la salida) mejorando sustancialmente los puestos parciales en cada disciplina.

Y para remate, cuando iba a recoger mi bici y el resto del material  cayó un chaparrón, como si no hubiera llovido nunca. Ale, al coche con la bici, cargado de bolsas y escurriendo agua. Esa fue mi ducha.

Creo que ya he acabado de ver las MILES de fotos de aquí
 http://42195.es/fotos/Challenge-Vitoria salgo en pocas para la cantidad que hay, aquí va alguna.






jueves, 27 de junio de 2013

Astromad 2013. Astromás, Astromal.

Seriedad, vamos por fin con el rollo. Lo primero perdón por el título, un juego de palabras demasiado fácil  y tontorrón, pero por abarcar en el título y la crónica también el sábado y no sólo la prueba en sí. Además las fotos son del sábado, la crónica del tri sin fotos.

Así que vamos a ello.

Sábado 22 de junio.

Como había comentado hace unos días el Astromad se celebra en  Manzanares el Real, pueblo del que no tenía muchas referencias, salvo que hay un castillo del que ni siquiera me acordaba.



Así que unos días antes de la prueba vi que al ladito al ladito, está la famosa Pedriza, vamos tan al ladito que algunas casas del pueblo casi comienzan  a agatar por sus laderas. Sabido eso el plan estaba claro, el sábado monte. Pero también me enteré de que en la Pedriza, como punto más alto dominando el pueblo está El Yelmo,


El castillo con el Yelmo guardián en lo alto.
y recordé que hay una carrera de montaña el Cross al Yelmo, con lo que el plan sería seguir, si era posible, el recorrido de la carrera, unos 12 km. Con esto de las nuevas tecnologías, los guglemaps y los gepeses conseguí localizar el recorrido de la carrera y meterlo en el Garmin, ahora sólo era seguir la flechita.

Pensaba haber subido el sábado a media mañana, pero el final el viaje se fue alargando y no llegué a Manzanares hasta primera hora de la tarde. Me comí un bocata, recogí el dorsal del Astromad, di una vuelta por el pueblo y el castillo, me medio eché una siesta a la sombra y a las 6 de la tarde, con toda la solanera para arriba.
Al fondo "Madrid con sus madrileños".
Como decía unos 12 km., más o menos 6 de subida y 6 de bajada. La verdad es que el Yelmo se ve tan cerca que parece imposible que haya esa distancia. Primeros kilómetros, casi 3, de carretera y sin más tregua se  entra en el sendero de subida muy fuerte desde el principio. Como digo llevaba el recorrido en el GPS, pero salvo en un par de ocasiones, ya en la bajada, el recorrido es fácil de seguir. En la subida el camino es claro y además está marcado (amarillo y blanco).

Subida muy dura, no la esperaba tanto y conforme te adentras en la Pedriza el paisaje te puede. La verdad es que desde lejos, incluso desde el propio pueblo no me parecía gran cosa para estar tan valorada, una ladera llena de "pedruscones", pero una vez que estás dentro sí me gustó cada vez más.




El recorrido para una carrera es muy atractivo y más de esta distancia "corta", porque es complicado, mucha roca, muy empinado, muy poco llano, ideal para pegarte un buen sofocón. Yo, no es que forzara mucho, teniendo en cuenta lo que me esperaba el domingo, pero no deja de ser una buena subida que te deja " a gusto". 

En la parte alta, la carrera pasa a los pies del Yelmo, pero ya de estar allí no podía dejar pasar la oportunidad de subir hasta arriba. En principio parece imposible, pero dándole vueltas seguro que se puede.

La pared del Yelmo, lisica, lisica.

Desviándome del recorrido de la carrera vi un caminito que se dirigía a la parte de atrás y por allí pensé que sería posible. Aprovechando una grieta por la cara noreste subí hasta otro peñasco cerca de la cima, pero ya no me atreví a subir más (seguramente tampoco hubiera sido capaz), aunque sí se debe poder subir hasta arriba, quizás por otro sitio.

Ahí arriba sí era la cima  a la que no llegué.

Entre cabras,



inicio la bajada y al poco me surgieron los mayores problemas para encontrar el camino, aunque también está marcado. Se ven varios "senderos" que aparentemente no llevan a ninguna parte hasta que después de un rato dando vueltas di con un estrecho paso entre dos rocas.

La "puerta" secreta (por el lado fácil).

Más tarde también tendría alguna pequeña dificultad en la orientación, porque en algunos sitios se ven varios caminos que se cruzan, pero en general se ven bien las marcas.



La bajada también debe ser divertida para ir bien de piernas y un poco a lo loco. También mucha roca, saltos y pasos algo complicados. Tampoco me la tomo muy "a pecho" y sólo troto en los tramos más sencillos, pero no obstante al final llegué ya cansado, sumando además el calor. Fueron 13´76 km. en 3 horas y 1 minuto de caminata y poco trote. En definitiva esto fue el Astromás, lo que estaba fuera de programa.

Domingo, 23 de junio. Half Astromad.

Como soy un tri-jipi llevé la tienda y dormí a campo. En principio todo parecía perfecto, en el aparcamiento que tenían habilitado en un prado junto a los boxes, pero todo mi gozo en un pozo. Algún soba andaba por los alrededores con una música horrible medio agitanada, medio bacaladera que me dio la noche. Normalmente me cuesta dormirme pronto antes de una prueba porque me suelo acostar tarde, pero la última vez que miré el reloj eran las 2 y pico y el tío con la música zumba que te zumba. se debió ir a las 2 y media pasadas y la cosa es que una vez que se fue tampoco era capaz de dormirme.

Ya de mañana, como todo lo tengo al lado va todo bien, sin prisas y sin agobios.

Natación fácil de ida y vuelta, sin mayores problemas. Con neopreno pero el agua a buena temperatura. Cómodo y sin agobios. 38:14, más o menos en mis tiempos normales. Y bien de puesto, 126 de 147.

Bici prácticamente llana y muy rápida. Sólo tiene algunos toboganes, pero se hace toda con plato grande. Tres vueltas: ida y vuelta por la misma carretera, en ocasiones compartiéndola con un carril delimitado por conos para los coches. En general no había problema con los coches en los tramos con más arcén, pero en otros el circuito quedaba demasiado estrecho. Mucho "pelotón" en la mayor parte de los casos entiendo que casi involuntario a la hora de formarse, aunque también se veía a algunos que iban la mar de a gusto. Y digo que casi involuntario porque con un circuito estrecho a la hora de adelantar se hacía un poco complicado, y en ocasiones se veía que esos pelotones no iban bien formados, sino que más o menos cada uno intentaba ir por "su sitio" en lugar de ir pegados unos a otros. En el Half no éramos muchos, pero en el Olímpico que comenzaba creo que 20 minutos después sí eran bastantes, y cuando se han incorporado a la carretera es cuando se han producido los pelotones. Quizás demasiada gente para ese circuito. Yo por lo general no he tenido problemas con el "chupe", ni para adelantar ni para ser adelantado, será que no me ha coincidido en mi zona. Pero lo que más me interesa es lo fácil que he ido, iba alucinado, adelantando a bastante gente y sólo adelantado por unos pocos (sí por algunos más del Olímpico, todos los que han quedado delante). He ido marcando las vueltas a casi 33 km/h la primera, 33´5 la segunda y 31´6 la tercera. Como digo alucinando, sin cansancio, sin hambre, sin sed, sin calor, prácticamente sin viento. El garmin me marcó algo menos de 85 km. (la propia organización anunciaba unos 87 km) a 32´6 de media. En la última vuelta me han empezado a dar unos retortijones de tripa no sé si por unas gominolas (lo único que comí) o por una botella de sales que daban (aparte de un bidón de agua que yo llevaba, también lo único que bebí).

Transición rápida y nada más empezar la carrera parada en "boxes" que ya tenía programada desde el final de la bici. El caso es que después de lo contento que venía de la bici el inicio de la carrera me bajó los humos inmediatamente. Desde el principio cansado y con las piernas pesadas, que achaqué  en parte a la excursión del sábado, pero no debía ser ese el principal problema. Durante la primera vuelta de las cuatro a pie ya he tenido que hacer varios tramos andando, y ha sido una constante ya durante toda  la "carrera" (mejor dicho, no una constante, sino que cada vez ha ido a más), continuamente con los problemas de tripa, retortijones, paradas, molestias, particularmente después de los avituallamientos en que con el calor que ya hacía, seguramente por encima de los 30º, apetecía y mucho beber; pues nada más hacerlo otra vez con molestias. Ya en alguno de los pasos por el avituallamiento decidí no beber nada y parece que la cosa se entonó algo, pero en la última vuelta creyendo que ya estaba resuelto el problema volví a beber y volví a la cruda realidad. La cosa es que estaba muy muy flojo, pero en algunos tramos en que no tenía molestias "más o menos" podía correr sin grandes sufrimientos de piernas, porque aunque empecé con ellas muy cargadas, luego, ante un trabajo tan liviano como el que le tocó no iban tan mal.. Eso sí, perdido todo el ánimo y motivación tampoco me apetecía sufrir de más, así que a la menor me paraba a caminar un rato (o varios) y ya con un único objetivo: acabar. Resultado, 2:41:40, juer más tiempo que la bici. Uno de los peores parciales, el 131. Eso sí, viendo la clasificación y los tiempos pienso que debía medir más de los 21 km. porque los tiempos en general son malos, justo la mitad de los participantes por encima de las 2 horas y sólo 15 en menos de 1:40, pero parece que nadie dice nada por el internés de que la distancia fuera mayor, así que debió afectar el calor o qué sé yo, porque el circuito tampoco es que fuera especialmente duro.

Resultado final 6:01:34, puesto 122 de 139. Y sin encontrar una explicación a lo sucedido, ¿las gominolas, las sales?, ¿el desayuno que hizo un efecto tardío?.

Como no tengo fotos de la carrera, al menos una de la meta del día antes para que veáis que era cierto que había  un tri,  jeje

En fin, uno más.

Y este fin de semana de "turismo fiestero" por la zona de Béjar. Aunque intentaré sacar un rato para el deporte, dudando si bajar (y subir) a pata hasta Baños de Montemayor por la calzada o intentar la machada (para mí, que no me gustan mucho los puertos y menos tan duros) de subir con al bici a La Covatilla.