miércoles, 14 de diciembre de 2011

De montes y montañas.

Pues eso, como la mayoría ya sabréis por Atalanta y Davidiego el pasado puente lo hemos echado entre montes locales y altas montañas.

El jueves 8, día de las Inmas y las Conchis estuvimos dando una vueltilla por el Jálama, lo que hemos venido en denominar el "Ruéu del Jálama" en su segunda edición, una jaramugada más en la que pasar una mañana de campo y una buena comida entre amigos.

Mañana que en Ciudad Rodrigo se presentaba con niebla y que según ganábamos altura acercándonos a la Sierra de Gata, se fue despejando para quedar un día perfecto para lo que nos proponíamos, correr una vez más alrededor del Jálama. Además sin viento y con relativa buena temperatura (demasiado buena para ser diciembre).

Finalmente en la convocatoria somos: 2 ciclistas: Popita e Ironmanu y 5 corredores: Atalanta, Efedequis, Davidiego, Bienvescribe.com y yo mismo.


Subida a buen ritmo y sin romper el grupo entre los castaños, pisando una alfombra de hojas rojas que no dejan ver las piedras que conforman el "regular" (más o menos) piso de la calzada, con los consiguientes tropezones.


En el inicio de la pista que sube al Jálama nos dividimos: DvDg y Efedequis se deciden por hacer el plan completo de Ruéu + Cumbre del Jálama, Atalanta y yo,  prudentes (sin que sirva de precedente) por no arriesgar una recaída en las lesiones de gemelo continuamos con Bienve haciendo el ruéu del año pasado.

El día magnífico, la temperatura ideal, el monte perfecto y el camino se va haciendo fácil. Atalanta en ocasiones se nos adelanta algo y nos espera, Bienve está como un toro y hacemos camino los tres, durante buena parte del recorrido acompañados por dos perros cazadores "despistados".


Desde la cara este del Jálama se domina toda la llanura extremeña, pero donde en otros momentos veríamos pueblos hoy vemos "el mar" de la niebla que aún perdura en los valles, con las nieves de la sierra de Béjar de fondo y más lejanas aún las de Gredos.



Finalmente todos hicimos nuestros recorridos, con una nueva variante que encontraron Efedequis y DvDg y que habrá que investigar otro día.

Final con Bienvescribe con árbol de navidad en San Martín de Trevejo


"lavao del gato" al estilo rústico en un pilón y a comer.


Y al día siguiente viernes 9 a por las altas montañas nevadas. Hace unos días me propuso Atalanta ir a Gredos con un amigo que quería conocerlo, dicho y hecho.


El menda, Atalanta y Philippe, prestos a la marcha, quizás demasiado pertrechados. El día otra vez era magnífico, ideal para dar un paseíto, pero una cosa es subir en plan dominguero y otra ir como si fueras a tomar una caña al bar de la esquina.


Primeras vistas del circo,

con poca nieve, eso sí, como pudimos comprobar luego y al día siguiente, completamente helada, lo que nos provocó ciertos resbalones, mira que tener los crampones y no llevarlos... (lección aprendida para la próxima visita que será en nochevieja, como ya hicimos hace tres años).

Laguna helada, que permitía cruzarla, aunque no nos atrevimos, sólo a adentranos unos metros para la foto.


A llegar al refugio pudimos comprobar que, al contrario de lo que nos han contado, la burbuja  inmobiliaria no ha estallado del todo; nos encontramos con el igloo piloto, jajaja,  

a ver si para la próxima está construida toda la urbanización, nosotros ya hicimos la visita por si el precio se ajusta al presupueto; de momento se ve amplio, confortable y luminoso, eso sí la entrada demasiado justa.

 


El problema de estas fechas es que anochece tan pronto que se puede hacer largo tanto rato metidos en el refugio, pero la conversación resultó agradable medio entendiéndonos con Philippe en una mezcla de español, inglés y mi francés chapuerreao que mal-aprendí en los tiempos del instituto hace..... mil años. Por cierto, Philippe compró una guía de Gredos que en ocasiones parecía una obra de "poesía conceptual" que no sé muy bien en qué consiste, pero me suena a algo que no es del todo "entendible", pues así era la guía, menudas dificultades para explicarle a Philippe algunas expresiones.

jueves, 8 de diciembre de 2011

Nial.

Nuevo palabro.


Además de explicación muy sencilla. El nial es el lugar en el que las gallinas ponen los huevos en los gallineros. Claro, en los gallineros de los corrales, de los pueblos, de las casas de campo, nada de esas enormes jaulas industriales. Como digo en esos gallineros solía haber un lugar, una especie de cubículos en que las gallinas ponían sus huevos y es más, casi estaría incluso por afirmar, aunque a tanto no me atrevo, que cada gallina tenía su "nial".

Por otra parte supongo que la palabra sea una simple derivación de nido a través de "nidal".

viernes, 2 de diciembre de 2011

Maratón de San Sebastián, las circunstancias mandan.

Diez años, diez.
La maratón de San Sebastián se presentaba incierta. Como sabéis el miércoles anterior tuve un pinchazo en el gemelo que no me hacía ser nada optimista, pero tenía que estar en la salida para celebrar el cumpleaños que también ya sabéis y luego: "Dios dirá", ¿5 km., 10, 20....?.

Antes de la salida con Piera a quien conocimos en el albergue.
El pequeño calentamiento que consiste en ir desde los vesturarios hasta la salida (unos 300 m.) me hace albergar ciertas esperanzas, no noto nada en el gemelo. Salida con calma, sin forzar, hoy no se trata de batir ningún "guol récor" sino de ir poco a poco, lo que se pueda y si no se puede media vuelta y a la ducha. Km 1 en 5:05 y justo en ese momento, unos pocos metros después del cartel, me da el pinchazo. Bufff, pues menudo plan. A partir de ese momento voy con molestias, de  momento aunque incómodo no es excesivo, pero soy consciente de que lo lógico es que vayan a más, así que si iba con precauciones ahora más. Bajo el ritmo y continúo, me fijo la meta en hacer 10 kilómetros, mejor dicho en ir haciendo kilómetro a kilómetro, pero sí me hacía ilusión llegar a los 10.

El recorrido son dos vueltas y una más pequeña al principio. Al acabar esa vuelta pequeña, justo al salir del estadio,  km. 6, me da otro pinchazo. Bajo aún más el ritmo y continúo medio cojo con el objetivo de los 10 km. Al paso por  ese punto, junto al avituallmaiento veo a las asistencias de la Cruz Roja y voy enfilado a darme réflex o similar. Además durante esos breves instantes puedo disfrutar de los endiablados ritmos de los txalapartaris que están también allí animando el paso de los corredores. Continúo tocado y con molestias, pero inexplicablemente no van a más, sigo a lo mío, a ir haciendo kilómetros poco a poco y parando cuando veo a la Cruz Roja a por mi "dosis".

Por el Km. 17 estaba Asís animando y retratando.
Al pasar por los kilómetros 12-13 es cuando veo clara la opción de que, salvo catástrofe en forma de lesión verdaderamente seria, voy a acabar, las molestias, al contrario de lo que cabría esperar, cada vez son menores y por el 15-16 aumento el ritmo ligeramente, empiezo a hacer los kilómetros en menos de 5 minutos, recupero algunas posiciones y poco antes de la media paro por cuarta y última vez con la Cruz Roja. Media en 1:48.
Km. 20 por la Concha, ¿y los otros 2.500?.
A partir  de la media por momentos incluso me olvido del gemelo, lo que me deja correr más suelto y disfrutar enormemente de la sensación de correr sin grandes sofocones, al haber ido con calma desde el principio puedo correr muy a gusto en estos kilometros en que normalmente se empieza a flojear, por primera vez hago la segunda media más rápida, y disfruto, disfruto mucho, corriendo, empapándome del extraordinario ambiente, de los ánimos de la gente, que como hemos comentado muchas veces, aquí son de verdad, animan y aplauden con ganas, y más en estos kilómetro que nos van llevando poco a poco al final. Además a estas alturas voy adelantando a un montón de gente, gente que se va descolgando del grupo de las 3:30, es más por un momento me planteo el alcanzar la cabeza de ese grupo, pero tampoco hay que forzar ahora de forma tonta y arriesgar a perder lo que tanto me ha costado conservar a lo largo de toda la prueba, además, qué demonios, aunque no haya ido a tope, 30 kilómetros en las piernas no dejan de ser 30 kilómetros, jeje.

Al final 3:33:12, sí habría bajado de las 3 :30 descontando el tiempo de las necesarias paradas en la Cruz Roja y otras paradas técnicas: 2 para "aguas menores" y una para "mayores", a cuenta de tanto parón a algunos los he adelantado unas cuantas veces, jeje, pero como decía al principio hoy no era día para récords, hoy me tocó correr de otra manera, y creo que lo hice bien. Por eso disfruté de mi décimo aniversario como si hubiera hecho mi mejor marca.

Por cierto, supongo que buena parte del éxito se debe a las buenas artes de mis fisios de la Clínica Puerta de Santiago, que con su masaje y vendaje de colorines los días previos me dejaron más o menos en condiciones, además de las asistencias de la Cruz Roja en la carrera. El dichoso vendaje este de las tiras que nunca me acuerdo como se llama yo realmente no sé si hace algo, supongo que sí, estas cosas es difícil "cuantificarlas" (también un compañero corredor me habló allí bien de él), pero queda muy "profesional", aunque como lo tenía puesto desde el viernes con el roce de la ropa se me empezó a despegar algo y claro, si lo parcheas de cualquier manera ese efecto "epatante" se pierde y deja de quedar profesional para quedar cutrillo, pero algo había que hacer, jeje, así acabó (quizás haya que pelarse las patas para que pegue mejor).


Al margen de la carrera hemos disfrutado enormemente de San Sebastián y de los amigos, el sábado buena pateada todo el día, que comenzó con un baño en la Concha. Nos ha jodío, si se baña la gente en algún sitio un Jaramugo no puede ser menos y en San Sebastián estamos acostumbrados a ver en los telediarios unas gentes, generlamente mayores, bañarse incluso en los días más crudos del invierno. No se podía dejar pasar la oportunidad


incluso de lucir la camiseta que llevo sin quitarme desde mayo, jeje


Luego ya con Asís y Silvia de pinchos, café torero, paseo y conversación toda la tarde. Y más tarde también con Montse y David y más pinchos. Por cierto no sé que tendrán los pinchos

y las cervezas
de San Sebastián, pero no me hizo falta comer nada durante la maratón ni probar el acuarius ni otra bebida que no fuera agua y ésta en muy poca cantidad (también ayudó un día fresco, soleado y sin viento, perfecto para correr). Hablando de cerveza, el segundo control de alcoholemia que me hacen en mi vida fue a las 8 de la mañana cuando íbamos a la salida, imaginaos la situación: un coche con cuatro corredores disfrazados de tales y a escasos 500 metros de la salida de la maratón, pensábamos que el guardia estaba de coña, de hecho lo estaba (nos preguntó que si habíamos tomado EPO), pero me hizo soplar: 0´0, anda que si doy...

Y como fin de fiesta encuentro también con Albertxo y Josu, que sin duda deben ser los animadores más entusiastas de todo el País Vasco, los tíos no se pierden ni una, claro así los conoce y aprecia tanta gente.

Como pequeñísima muestra de agradecimiento a nuestros anfitriones Asís y Silvia, que se han desvivido por guiarnos y acompañarnos en su ciudad no podíamos menos que hacerlos miembros de honor de la "Orden Jaramuga" con la entrega de una modesta chapa. Asís, aunque te la llevaste tú, que sepas que el reconocimiento es para los dos, jeje. Os esperamos en tierras charras. Un abrazo muy fuerte.


Despedida y cierre con foto de familia

viernes, 25 de noviembre de 2011

10 años de carrerista.

Cuando estas líneas vean la luz (que diría un finolis) .......  será que habéis encendido el ordenador. Bueno, fuera de bobás, cuando esto se publique, se haga público, estaré (Dios mediante) camino de San Sebastián con intención de correr el domingo la maratón.

No era mi primera opción para este fin de semana, mi destino preferente era la maratón de Valencia que se celebra también este domingo o incluso partía con más posibilidades la maratón de Málaga que será el día 6 de diciembre, pero un "tridente" de razones me llevaron a decidirme por San Sebastián: en primer lugar no participar en pruebas que, al auspicio del Carnet de Corredor ( o su sucedáneo de la "licencia de día"), colaboren en el abuso al que pretende someternos la Federación de Atletismo; en segundo lugar evitar el tener que hacer esos viajes a destinos lejanos yo solo, pues aunque en Málaga tendría compañía e incluso alojamiento, el viaje sería muy pesado, sin embargo a San Sebastián va  también Atalanta, recuperando a mi compañero de viaje de tantas y tantas carreras durante estos años, y es que este año, con calendarios dispares, en pocas hemos coincidido. Pero la tercera, y la que más peso ha tenido es una tonta razón sentimental: hoy día 25 de noviembre se cumplen 10 años de mi debut como carrerista precisamente en San Sebastián, por tanto su maratón es una ocasión magnífica para celebrar  el cumpleaños.

Hace 10 años yo era un tipo de 36 años, de alrededor de 100 kilos (seguramente alguno más, pero siempre me pareció que reconocer más tonelaje ya era pasar una barrera más que psicológica, jajaja) con 1´75 de estatura, es decir era un gordo muy gordo, sin embargo, no era un ser inerte o tronco inmóvil, siempre he hecho algo de deporte: pachangas de baloncesto, en algunas épocas incluso había corrido algo y desde hacía unos años los típicos partidos de fútbol los sábados por la tarde con "excesiva rehidratación" posterior. Fijaos que en el baloncesto, con 1´75 pelaos era "pivot", jajaja, sólo porque ocupaba mucho sitio y era dificil de mover y en esos partidillos de  fútbol cuando me lanzaba a la "carrera" debia ser lo más parecido a un hipopótamo a toda velocidad. Pese a todo siempre he sido más o menos ágil y flexible, aunque el resto de cualidades deportivas tanto físicas como técnicas brillaban, y lo siguen haciendo, por su ausencia.

Por circunstancias varias empecé a juntarme más tiempo con los Jaramugos, aunque el nombre aún no se había inventado, que son de una generación posterior a la mía, de hecho algunos eran (bueno, y siguen siendo) los hermanos pequeños de mis amigos, que en aquel entonces estaban en pleno apogeo carreril y todo el día estaban hablando de carreras: maratones, medias maratones... y a mí aquéllo me sonaba un poco a chino.

Envuelto en aquel ambiente a finales de agosto del 2001 empecé a correr. Yo solo. Me decían que saliera con ellos, pero yo no quería ni estorbarle a ellos ni que ellos me "reventaran" a mí, hasta que más o menos me ví "capacitado" para ir a un ritmo de trote muy suave para ellos, pero que yo pudiera aguantar. Se acerca la maratón de San Sebastián a finales de noviembre y se apuntan Ironmanu, Atalanta y Villi. Paralelamente se celebra una carrera de 10 km. y me animan a participar. Mi única duda es cuánto tiempo dan para acabar, el resto no me preocupa mucho, nunca había corrido 10 km, pero si habitualmente corría 7 ú 8, malo sería que no fuera capaz de hacer un esfuerzo extra para hacer 10 y si no, tampoco pasa nada, no es ninguna cuestión de vida o muerte, si puedo bien y si no pues no, eso sí, no me voy a rendir sin luchar lo máximo posible, y con ese espíritu sigo afrontando los nuevos retos, y hasta ahora me va bien, no tengo nada que perder.

De aquellos días recuerdo que el viernes o el sábado, ya no sé si en una parada en el viaje o ya en San Sebastián pedí un pincho de callos, lo cual me fue "amistosamene recriminado" por mis acompañantes maratonistas puesto que no era lo "recomendado" a lo que les contra argumenté que yo iba a correr sólo un poco más que lo normal y que podía hacer vida normal, jajaja. También recuerdo que el domingo al levantarme de la cama hice algún gesto con el cuello que me hizo algún pinzamiento en algún nervio en el cuello o en el hombro de forma que me recorrió un calambre por todo el brazo izquierdo que me provocó una sensación de hormigueo permanente en el dedo gordo que a día de hoy no se me ha pasado del todo.

Por entonces no había ni foros ni blogs ni gaitas de estas, vamos casi no había ni internet, así que os voy a hacer ahora la crónica, muy breve, eso sí. Llevaba unas míticas  zapatillas J´hayber New Olimpo, recuerdo  ir muy sofocado, por encima de mis posibilidades, pero era una "carrera" y había que darlo todo, jeje, evidentemente iba de los últimos, pero me recorría el cuerpo una agradable sensación si adelantaba a alguien, sobre todo al final, lo que, dicho sea de paso, ocurrió muy pocas veces, era un poco de motivación extra y recuerdo especialmente una extraña sensación como si a cada paso se me "levantara la tapa de los sesos", como si el cuero cabelludo estuviera separado del resto de la cabeza y fuera dando botes. Supongo que  alguna explicación médica tendrá, quizás una manifestación del bombeo sanguíneo al ir a un ritmo fuerte y desconocido para mí en ese momento.

El caso es que acabé en 56:27 muy satisfecho con mi proeza y con ganas de ver  la clasificación  para comprobar a cuántos puestos de la cola había quedado, cosa que nunca conseguí saber, no pusieron la clasificación en la página de la carrera y no sé si la llegarían a publicar en algún sitio, creo que la carrera de 10 km. era muy secundaria para la organización y de hecho creo que no se volvió a hacer (este año sí se retoma). Además una vez que acabé  estuve viendo los últimos kilómetros de la maratón, era mi primer acercamiento en vivo a tal barbaridad, la primera vez que veía a tanta gente de toda condición pasarlo tan mal en aquellos kilómetros finales: las miradas perdidas, las zancadas torpes, las piernas renqueantes, los cuerpos medio ladeados, las cojeras buena o malamente sobrellevadas, los rostros  desencajados, en definitiva el agotamiento personificado (cuántas veces habré dado yo después esa imagen); pero también la alegría interior, las sonrisas un tanto forzadas pero agradecidas, la satisfacción que se adivina en un gesto, en un saludo con la mano o en una simple mueca,  los ánimos de la gente (y para eso San Sebastián además es especial), la algarabía y la alegría de los familiares y amigos, el entusiasmo de los chiquillos que ofrecen la mano para chocarla. 

Pero lo peor (o lo mejor) de todo es que "me había picado el bicho": el bicho de correr, el de las carreras, el de los nervios, el de los sofocones, el de las "competiciones", el de los amigos que corren, el de los viajes para correr, el de pasar frío o calor innecesariamente, el de los madrugones, el de "si os mandaran no lo hacíais", el de "¿y encima tenéis que pagar?", el de "¿qué coj..... hago yo aquí que ya no puedo con mi alma?", ese bicho que tenemos casi todos los que andamos por aquí y que hizo que al poco tiempo, como unos meses antes mis nuevos compañeros y amigos Jaramugos,  yo también ocupara gran parte de mi tiempo de charla hablando de las carreras. 

Han pasado 10 años, han ido aparecido nuevas motivaciones, "citius, altius, fortius", más rápido, más alto, más fuerte, poco a poco he ido afrontando nuevos retos, en ocasiones quizás demasiado ambiciosos, conociendo mis limitaciones, pero sin complejos, me he lanzado a nuevas aventuras sin saber muy bien dónde me metía, pero como decía antes, si se puede se puede y si no pues otra vez será, no es más que una pequeña espinita, una china en un camino lleno de satisfacciones, siempre tratando de disfrutar. Parece mentira con lo mal que se pasa a veces, el enorme placer que al final del camino reporta el haber vencido esas dificultades, el superarse a uno mismo, el crecer en fuerza interior. Miles de kilómetros en las piernas, alguna lesión y algún otro susto superado, un amplio y anárquico currículum del que estoy más que orgulloso, impensable hace 10 años, en el que casi empezando por el tejado, mi tercera carrera (mejor dicho, marcha  porque lo hicimos todo andando) fue un 100 km (consumimos 23 horas y 30 minutos de las 24 horas que daban para acabar) y la cuarta una maratón, cuando aún no había pasado ni un año desde que empecé a correr, la de Valtiendas, nocturna y por parejas en 5 horas y 37 minutos, la primera de las 26 de ruta que llevo en la actualidad, con una mejor marca de 3:11. Un poco más tarde en el 2004 hice la primera carrera de montaña y en el 2005 llegué al triatlón, lo que a su vez me llevó a alguna marcha cicloturista e incluso a alguna travesía de natación que espero ir haciendo más en los próximos años. Así, en unos pocos años y sin pensarlo me encuentro corriendo sin orden ni concierto lo que me apetece, cuando me apetece y porque me apetece, combinando unas pruebas y otras según van cuadrando. Entre otras, si no me he equivocado contando así por encima: 33 medias, 5 maratones de montaña, 7 tris olímpicos, 6  1/2 IM o doble olímpico y atraído, cada vez más, por las largas distancias y el ultrafondo: 3 tris distancia Iron Man, 5 trails de montaña de más de 50 km y 6 de más de 100 incluido uno de 100 millas.

Pero por si los calendarios de pruebas organizadas no fueran suficientes hay que añadir las "Jaramugadas": Verracada Nui, Travesía Mi-rio-brigense, Ruéu del Jálama, En tos lus frentis, Cross Pollino, y otras tonterías que se nos vayan ocurriendo únicamente con el fin de disfrutar del deporte entre amigos y generalmente con una buena comilona para rematar la faena.

Porque estos 10 años de carrerista, aparte del deporte me han permitido conocer a un montón de buenos amigos de aquí y de allá, a lo que ha contribuido también el lío este del internet, tejiendo a través  de foros  o blogs telas de araña de relaciones virtuales que en ocasiones con motivo de las carreras acaban en conocimientos personales.

Por todo ello el domingo estaré en la línea de salida de la maratón de San Sebastián, porque tengo que celebrar un cumpleaños, porque tengo que celebrar 10 años de amistad, 10 años de esfuerzos, 10 años de enormes satisfacciones deportivas, 10 años de sacrificios, 10 años en este maravilloso mundo de locos,  10 años de carrerista con todos vosotros y sobre todo con infinito agradecimiento  a Villi, a Manu y a Abel, no sólo por llevarme a aquella carrera de 10 kilómetros hace 10 años, sino por acompañarme en otras cuando yo daba mis primeras zancadas, como Valtiendas, los 100 km de Corricolari, mi primer Mapoma o mi primera media de Béjar y por acompañarme en otros momentos difíciles como en el 1/2 IM de Lisboa.  Gracias chicos.
Entrada en meta en Valtiendas. Agosto 2002. Maratón nocturno y por parejas que hicimos juntos: Abel, Villi, el menda y Manu.
Y como despedida, hoy tiene más sentido que nunca el vídeo de "Esos locos que corren" que aunque está siempre en el margen del blog, hoy tiene que ser más visible.

jueves, 24 de noviembre de 2011

Cagon mi sombra.

Esta tarde me planteo una última prueba fuerte antes de  San Sebastián el próximo domingo, quiero hacer unos 8´5 km fuertes.

Todo va bien, voy fuerte, rápido y a gusto, cuando me aparece una pequeña molestia en el gemelo derecho que ya venía manifestándose ligeramente desde hace unos días, para al poco tiempo convertirse en un pinchazo que me hace casi parar, sigo "trotando" muy lento, medio cojo y directo a casa, los 8´5 km. se quedan en poco más de 7.

Hielo, antiinflamatorios y mañana al fisio a ver si se queda en una contractura, sobrecarga o puede ser algo peor, y en cualquier caso a ver qué se puede hacer cara al domingo, aunque me parece que para eso era mejor ir a Lourdes.

En fin.... ya veremos y a esperar acontecimientos.

viernes, 18 de noviembre de 2011

Cheira.

Hace mucho que no traigo por aquí ningún palabro.

Hoy cheira.

 Chaira FISCHER 20 cm.
La cheira es una herramienta que se utiliza para afilar cuchillos. Es una pieza cilíndrica de metal estriado con un mango. Yo la he conocido fundamentalmente los días en que iba a la "mantanza", en que era continuamente reclamada por el matarife o mantanchín para poner a tono los distintos cuchillos que se usaban en la faena.

Aunque en otras épocas, sobre todo en los años 80,  la época de la heroína y de los continuos atracos, en los ambientes "quinquis" creo que la cheira era sinónimo de "navaja". 

Me da la impresión, por  morfología y sonido que es una palabra de origen portugués, aunque no estoy del todo convencido, en portugués "cheiro" también es olor, y por tanto "cheira", como verbo es "huele".

jueves, 10 de noviembre de 2011

A la conquista del Castillo.


Del castillo de Portezuelo, de origen almohade en el S. XII, también conocido como Castillo de Marmionda, nombre mucho más sonoro y que al parecer "se debe a una bella doncella mora hija del Señor de la fortaleza, en torno a la que se desarrolla una bonita leyenda" (lo que está entrecomillado lo he copiado por ahí, así que no me preguntéis por la bonita leyenda porque no la conozco).

Pues bien este año era la 5ª edición de una prueba de montaña que comienza en Portezuelo a los pies del castillo y acaba en las ruinas de la fortaleza. ¿Habéis visto alguna vez mejor arco de meta que este?


Allí nos presentamos los Jaramugos, a cumplir con una prueba que ya se ha convertido en habitual, es mi tercera participación, creo que Bienve también la tercera y Obleas la segunda.

La carrera no es excesivamente montañera, ideal para iniciarse en la especialidad, (aunque en mis tres participaciones el recorrido no ha sido igual parece que el de este año será el que quede más o menos fijado) son algo más de 13 km., toda por pistas corribles, sin grandes desniveles (417+, 347-), con una subida, una vez salidos del pueblo de unos 3 km., se llega al punto más alto de la carrera y una bajada de unos 4 ó 5 kilómetros en los que se puede correr, mucho no, muchísimo. A continuación una zona más o menos llana otra vez en las cercanías del pueblo con algunos toboganes para acercarnos a las últimas subidas, más cortas pero más fuertes que las que hemos tenido hasta ahora, una en primer lugar desde un regatillo hasta la carretera para, una vez cruzada ésta, comenzar la verdadera ascensión al castillo, algo más de un kilómetro de subida continua y de buena pendiente que se puede llegar a atragantar por haber corrido demasiado anteriormente
Elevation Profile

En la previa los ya habituales saludos con unos y otros: cacereños, pacenses y el resto de la participación farinata. Me coloco razonablemente adelante en la salida (donde me saluda un lector ¿Javier?, te vi salir como una bala), ya que "hoy corro con presión", he de tratar de revalidar el pódium del año pasado, jajaja , harto difícil porque además de que han eliminado una categoría de veteranos (el año pasado había dos), el nivel va creciendo a la par que la participación, no en vano la prueba se ha consolidado como parte de la Copa de Extremadura de Carreras por Montaña.

Desde la salida se empieza a subir por las calles del pueblo así que cuesta un poco coger el ritmo bueno, pero después me he sentido relativamente cómodo subiendo.

Una vez dejado el pueblo, primeras rampas.
 El día es perfecto, soleado y no hace ni frío ni calor. Llegamos arriba y la bajada, sobre todo al principio, se hace rapidísima, por un momento parece que las piernas van a echar a rodar en vez de correr.

Aunque la foto no está muy allá, lanzado en la bajada.

En las zonas de toboganes mantengo bastante bien el ritmo fuerte, aunque ya se nota el desgaste y pienso en que habría que guardar algo para la última subida, pero qué diantres, hay que correr todo lo que se pueda y al final ya veremos...

Justo antes de afrontar las últimas subidas.

Y en efecto... vimos, jajaja. La subida previa a la carretera a paso de tortuga y la del castillo poco más o menos, eso sí tenía claro que no quería parar a andar ni un metro, pese a que a veces pareciera que andando habría ido más rápido, sin embargo aún me dio tiempo a adelantar a algún participante y si no recuerdo mal sólo me pasó uno ya en la alfombra de meta.

Al final 1:03:26, puesto 60 de los 172 que acabaron y  8º de la categoría de viejunos, inalcanzables los primeros puestos (sí estuve cerca del 6º y 7º -éste es el que me adelantó en los últimos metros).

Echando los higadillos en meta.
La expedidión farinata al completo en meta acompañados de José Luis , que volvió a correr después de una lesión (ya sabes compañero, con calma y alternando con la bici. Nos vemos en otra).


En cualquier caso bastante contento, además aunque no pillé premio por merecimientos deportivos sí lo pillé en la rifa: un buff, claro, que mejor parado salió Obleas que pilló un buen pedazo de jamón.



Y para acabar, como también viene siendo costumbre, nos fuimos a comer allí en el pueblo. Como otros años pensé que nos íbamos a comer uno de estos


pero como la entrega de premios y sorteo se alargaron demasiado ya no quedaban y nos tuvimos que comer uno de estos otros, jajjjaja


Próxima parada San Sebastián.

viernes, 4 de noviembre de 2011

De nuevo un dorsal en Tordesillas, un laaaargo puente y el Castro de Irueña.

Media maratón de Tordesillas, 30 de Octubre.

Después de las incertidumbres en torno a mi corazón que había contado en días pasados, es el primer dorsal que me pongo desde hace algo más de un mes. Algo casi inaudito en esta alocada carrera de carreras. Cierto es que durate todo ese tiempo no he dejado de hacer deporte, controlando las pulsaciones, sin forzar ni apretar lo más mínimo ni en bici ni a pie y quizás por eso sentía la necesidad de salir a hacer algo, lo que fuera por lo que en cuanto a días, seguramente haya sido una de las temporadas que más días he salido,  a lo que fuera: bici, nadar o "correr".  Por eso afronto la media con ciertas dudas, entre el "semi-parón" mencionado y que en verano prácticamente todo lo que había corrido tanto en carreras como entrenando estaba orientado a la montaña no tenía muy claro que pudiera mentener un ritmo fuerte durante toda una media maratón. Sin embargo, las salidas fuertes que había hecho los días previos me habían dejado bastante satisfecho, podía correr relativamente rápido, quizás el "descansillo forzado" me había venido incluso bien.

Por otra parte la hidratación de las noches de viernes y sábado seguramente también había sido excesiva, y no precisamente con agua, jajaja.


Con tales antecedentes salgo sin mucha presión, quiero hacer un buen tiempo, sé que no de los mejores y que quizás me falte fuelle al final, pero un poco a la aventura,  a ver qué sale. De inicio muy bien, claro es cuesta abajo, jeje, el kilómetro en que se sube a la Plaza, el 5, me "pone" en mi sitio, definitivamente en las cuestas me quedo atrás, siempre ha sido así y pienso que siempre lo será (y sin embargo, mira que me gusta la montaña). Algunos kilómetros más relativamente favorables y de repente ves que los kilómetros salen muy lentos, a simple vista se nota que hay  repechos, pero quizás no se note que a la vez la subida sea tan contínua, en esta zona engaña bastante. Entre los dos pueblos empiezo a tener retortijones, era previsible tal y como había ido la noche anterior y la mañana. ¿Intento aguantar hasta meta o paro ya mismo?. Finalmente decido parar de inmediato: cuanto antes descargue antes empezaré a ir a gusto. Es el kilómetro 14, paro (también mi crono y por eso mi tiempo real no coincidirá con el oficial) y "me alivio" (que se decía antes) detrás de unas cañas secas que ciertamente no tapan mucho, pero a mis años ya no es cosa que me preocupe en absoluto. Y oye, vaya que funcionó el aligerar peso,  me ha pasado un montón de gente, pero salgo rápido y ligero como si acabase de empezar la carrera, intentando, en vano, recuperar la posición anterior, pero sí adelantando a un montón de gente. Avituallamiento del 15 tras otro repecho y se gira de vuelta a Tordesillas, ahora el terreno es favorable y "vuelo" recuperando posiciones. No sé si los puntos kilométricos estarían bien, pero si es así hago el km. 16 en 4:04 que seguraemnte sea uno de los más rápidos que haya corrido en mi vida (ya veis que lo de volar no es para todos lo mismo, jeje).

Mantengo la ilusión en todo lo alto hasta que nos desvían para hacer unos cientos de metros por una urbanización, vaya, yo (y supongo que la mayoría) ya pensaba en enfilar directo hacia las cercanas torres, pero aún quedaba otra pequeña "tortura" un paso elevado sobre la autovía que se atraganta algo y directo a meta.

Al final 1:36:21 (1:38:03 oficial) que es un tiempo aceptable para mis condiciones, hacia la mitad de la clasificación y razonablemente satisfecho con la vuelta a los ruedos.

Y si las noches del viernes y el sábado se habían alargado más de lo conveniente, las del resto de los días del puente no le fueron a la zaga, bueno, no sólo las noches, también las mañanas y tardes. En este puente yo creo que he echado más horas de bares incluso que en Carnavales, jajaja.

Aún así el lunes me dio tiempo a hacer 64 km. de bici con un terreno  rompepiernas al principio y más favorable a la vuelta con el aire de culo, ahora sí, realmente volando: Martiago-Sahúgo-Robleda-C. R.

El Castro de Irueña.

Y el martes una pequeña excursión que me satisfizo enormemente. Ya ha contado algo Atalanta  de su particular "tapering".

Descubrí el Castro de Irueña de la mano de unos amigos hace unos ¿20 años?, juer, y durante algunos años después me permití el lujo de enseñárselo a otros amigos, pero hace muchísimos años que no volvia y tenía ganas de hacerlo antes de que con motivo de la presa de Irueña y de la "puesta en valor" (horrible expresión que se utiliza mucho ahora) de la zona se fuese dando a conocer y a promocionar por los organismos competentes. Si se llega a hacer supongo que se "limpiará" el monte, quizás se empieze a excavar con cierto sentido y podrían aparecer piezas realmente interesantes, pero, sin duda, perderá su actual "misterio" y el encanto de creerse un Indiana Jones de pacotilla o de sentir la mínima excitación que puede sentir un arqueólogo de verdad.

El castro de origen prerromano y luego romanizado tuvo una cierta importancia, en la actualidad realmente se reduce a unas cuantas piedras repartidas por el suelo entre robles, espinos y musgos: un par de sarcófagos, algunas piezas de columnas, restos de algunas canalizaciones, parte de una muralla y lo más interesante la "yegua de Irueña" (un verraco prerromano de buen tamaño). Se adivina por ciertos montículos de piedras una extensión mucho mayor de lo que se puede apreciar a simple vista.




Como digo merecería una excavación "científica", que yo sepa sólo  ha sido objeto de un estudio "amateur" por arqueólogos aficionados, si no recuerdo mal por el Padre César Morán (estudioso aficionado de costumbres, tradiciones, etnografía y arqueología a principios y mediados del siglo pasado, cuando estas cosas -sobre todo lo que pudiera acercarse a la cultrua y tradiciones populares- no importaban a casi nadie).

También ha sido objeto de otras visitas menos "amables", como la que supuso la destrucción de la "yegua", que fruto de la creencia, mejor dicho de la ignorancia de esas mismas épocas, fue dinamitada para extraer el supuesto tesoro que había en su interior, quedando como se encuentra en la actualidad partida en tres trozos.

"La yegua de Irueña".
En primer término las patas (patas arriba) y detrás cabeza y cuerpo.
Volviendo a nuestra pequeña excursión del martes, día de Todos los Santos, el día en el rebollar estaba neblinoso y con algo de lluvia de "mojabobos", que daba un encanto especial al bosque de robles.


Pese a lo tardío de las fechas aún conservan bastante la hoja, pero con el efecto de las nubes bajas y de la humedad ya presentaba cierto tono fantasmagórico,


lo que unido a que yo no sabía exactamente la ubicación de los restos que íbamos buscando hizo que el bosque y (dejémonos de tanta poesía), los espinos y las zarzas nos envolvieran y en ocasiones nos desorientaran. Así vimos por dos veces la yegua, cuando en todas mis visitas anteriores sólo había sido capaz de encontrarla en una, mientras que deambulábamos buscando los otros restos, generalmente más fáciles de localizar. Del mismo modo, tampoco encontramos  la muralla.

Atalanta ensimismado.
Ciertamente ninguno de esos restos son un grandioso tesoro arqueológico, pero me hacía ilusión irlos encontrando, como si realmente estuviera descubriendo algo oculto hasta ese momento a la humanidad, al menos descubriéndoselos a Atalanta. En fin, como decía sentir una mínima parte de la emoción de un arqueólogo.

Otras imágenes:

Esto no es arqueología, pero ahí también hay muchos años 

"Muchos años"
"Como las vacas al tren".