martes, 31 de enero de 2012

El fin de mi carrera..... de donante de sangre.

Al contrario de lo que decía Bono en Muchachada, yo no soy muy de compromisos con el planeta ni con los problemas sociales, sin embargo hay algo con lo que sí que estoy comprometido desde hace años, soy donante de sangre desde el año 89, y habitual desde el año 91, con 53 donaciones "normales" (si no me falla la cuenta) y dos de plaquetas.

No cuesta dinero, al contrario, te dan de merendar, jeje, no cuesta salud, al contrario, incluso diría que viene bien y apenas cuesta tiempo, una media hora. Por contra la satisfacción que produce es enorme, pensar que con un poco de tu sangre, que vas a recuperar en un par de días puedes dar vida a otras personas es una recompensa muy grande para tan poco sacrificio.

Sin embargo de una manera un tanto extraña se ha puesto fin a mi carrera de donante de sangre.

En octubre de 2010 me salieron unas manchas sobre todo en piernas y brazos con un ligero picor y sin más efectos. Que si hongos, que si alergias, con medicación se quitaron, pero volvieron a salir. En febrero de 2011 nueva consulta y derivación al dermatólogo. Consulta con el dermatólogo (por fin) en agosto de 2011. Entre tanto me dicen que hasta valoración por el dermatólogo no done sangre.

Cuando acudo al dermatólogo las manchas prácticamente han desaparecido por sí solas (normal, al cabo casi de un año...) y me dice que no es posible dar un diagnóstico, pero me pide unos análisis. Y aquí está "la madre del cordero". En los análisis da positivo de "hepatitis B". Es decir, en algún momento de mi vida he pasado la hepatitis B, nadie me aclara si hace mil años o si ha sido recientemente y si tiene algo que ver con las manchas que había tenido.

Con esas noticias acudo nuevamente al médico del equipo de extracción de sangre y me dice que el haber pasado la hepatitis B no es inconveniente para donar (sin embargo ese día por circunstacias no iba a donar, sólo a consultar). Cuando voy otro día ya decidido a donar y le cuento la película al médico (otro distinto) me dice que no se puede, pero que me haga otro análisis por si ha habido algún fallo.

Repito el análisis en diciembre de 2011 con el siguiente resultado:

-Hepatitis B
  HBsAg        Negativo.
  HBcAc        Positivo.
  HBsAc        Positivo  169.95.

Nueva consulta con el médico del equipo de extracción y es el que me dice que definitivamente me olvide de mi "carrera" de donante de sangre, no se puede donar habiendo pasado la hepatitis B.

En fin, me cuesta, pero lo asumo, siempre he tenido buena salud, como se dice popularmente (y nunca mejor empleado) "para dar y regalar", nunca he tenido enfermedades extrañas ni dolencias raras y el que ahora me "aparezca" una pasada hepatitis B me deja lleno de dudas.

Jamás he oído en casa que de pequeño la hubiera pasado y si hubiera sido reciente (en agosto de 2010 fue mi última donación de sangre y por tanto habría sido posterior) digo yo que habría tenido algún síntoma, que lo habría notado, porque aunque soy muy reticente a ir al médico y por tanto a tener un diagnóstico, supongo que me habría afectado en algo que me hiciera sentir realmente mal, incluso al parecer se pone uno "amarillo". Sin embargo no he tenido ningún síntoma extraño que me haya hecho siquiera pensar en un problema de salud, salvo las manchas de la piel que dieron origen a todo esto, que dudo que sean una manifestación de la hepatitis (aunque vaya usted a saber).

Por ello mis dudas no dejan de rondarme. Sólo caben dos posibilidades: que hubiera pasado la hepatitis de pequeño y que en todos los análisis que se hacen en cada donación de sangre a lo largo de estos más de 20 años no lo hubieran detectado, lo cual es muy extraño (lástima haber roto las cartas en las que dicen que el resultado era correcto)  o que haya pasado la hepatitis entre agosto de 2010 y agosto de 2011 sin enterarme, lo cual a falta de alguna explicación médica, también es muy extraño. Bueno cabe una tercera posibilidad: que los dos análisis consecutivos hubieran sido erróneos.

Si no fuera un tema que no es para jugar me daban ganas de hacer una pequeña prueba: ir un día a donar sin decir ni pío de toda esta historieta y esperar a ver qué pasaba, si tras las pruebas oportunas me llegaba a casa la carta diciendo si el resultado era positvo o negativo.

En fin, ahí se quedará y yo me quedaré con la duda de qué es lo que ha pasado realmente.

Así que no me queda otra que "apartarme" prematurmente de la donación activa y quedarme únicamente con la labor de promoción de la donación de sangre.

Por lo tanto este dibujo


que encontré por ahí cuando hice el blog y que me pareció magnífico, que está siempre en el margen derecho, seguirá estando junto a la fecha de la próxima donación de sangre en Ciudad Rodrigo y si alguien se decide a dar el paso y convertirse en donante de sangre después de leer esto daré por bien empleada mi peripecia.

"Dona sangre, dona vida".

Por último, un guiño a unas pequeñas amigas. Un beso de león, enanas.

martes, 24 de enero de 2012

Sierra de Béjar-Candelario.

Como si se tratase del programa de actividades de un "Fin de semana de la montaña" o algo así (que por cierto lo había en Candelario y, en Béjar había las jornadas del esquí o similar) me planté el fin de semana en la sierra bejarano-candelariense (para que nadie se enfade con la denominación por "supuestas titularidades") con intención de disfrutarla al completo sábado y domingo.

El sábado tocaba esquí.

En cuanto al desarrollo de la jornada fue poco más o menos que el año (entiéndase temporada) pasado y que conté en su momento, eso sí, creo que progreso adecuadamente, aunque sólo vaya una vez al año. Me noto que "crezco" como esquiador, jajaja, ya sólo me lancé un par de veces por las de los novatillos antes de tirar para arriba. Y además ya me caigo muy poco, sólo un par de veces (caidas de verdad, de las de perder los esquíes), curiosamente casi al final, cuando ya vas viéndote "sobrado", claro que a esas alturas la nieve ya está en peores condiciones y eso también cuenta mucho. Una de las caídas fue en una de las pistas "grandes" de las que (aún me) asustan. El año pasado bajé por esa misma por primera vez y este sábado por segunda,  la tercera quedó para otro día, jeje, de momento "mucho pan p´a la perrina". A lo que sí me atreví fue a engancharme en los chismes esos que te colocas en los "güevos", ¿Atalanta te acuerdas la primera vez que fuimos con resultado "catastrófico"?, jajaja. Bueno pues también me caí un par de veces al final, es que como digo con la nieve blanda a veces los esquíes se van por donde no es, jeje. Por lo demás el día magnífico, soleado sin viento y una temperatura buenísima, poca nieve y poca gente, con lo cual aunque casi siempre había que repetir el mismo trayecto al menos no había que hacer colas.

Y el domingo tocaba correr.



Para cuyo cartel utilizaron una foto de una carrera que se celebró en Candelario hace dos o tres años, la Subida a la Virgen del Calvitero, en la que también participé, por cierto muy divertida con la nevada .

¡Atención pregunta!, sobre todo para los Jaramugos farinatos ¿sabéis quién es el de la foto?, aunque si por casualidad cae por aquí alguien habitual del mundo de las carreras de montaña seguro que también lo conoce, porque el tío es conocido y querido por todas partes.

Bueno, si no habéis llegado a identificarlo os lo pongo más fácil


Pues sí, el amigo Higinio "Genio" Trotapinares. Por allí estaba, ¡cómo no!, con nuestro Jaramugo pucelano Juan "Titi" y sus respectivas. Ya sabía que iban, pero no esperaba encontrármelos tan pronto. El sábado cuando bajé de La Covatilla los encontré a la puerta del albergue en el que coincidimos para dormir. Gracias una vez más por compañía y por la cena, sobre todo a Estrella y Juli, que vosotros sois unos vagos, jajaja.

Aquí poco antes de la salida con otro compañero vallisoletano que se estrenaba como corremontañero y quedó encantado y presumiblemente "enganchado".


Ya el domingo también coincidí con los Populares Mirobrigenses y con  DvDg.

En cuanto a la carrera no esperaba gran cosa, 9 km pelados (si llegaban) y unos 500 m+ y otros tantos negativos.

 
Sin embargo me gustó más de lo que pensaba, no es es que sea especialmente bonita, pero me gustó: sendero, pista, algo de cortafuegos y una chispa de nieve y hielo que le dieron un poco más de aliciente, sobre todo para no pegarse un cogotón (Higinio fue de los que se cayó). Sin grandes dificultades técnicas, salvo pasar con precaución esas zonas heladas y una pequeña pega: nada más salir de Candelario se coje un sendero muy estrecho en el que no se puede adelantar y teníamos que ir caminando en fila india. No es que fuera, al menos para mí, un gran problema porque tenía mucha pendiente y tampoco iba a haber adelantado mucho más ni intentado correr más, además luego hay sitio para que cada uno pueda hacer su carrera, pero sí es un poco agobio no poder ir más "a tu aire". Quizás deberían buscar dar una vuelta por la parte baja del pueblo o por otra zona para que la carrera se estire un poco más, porque luego el sendero es una chulada, sobre todo para bajarlo,  me lo pasé como un enano en la bajada.
La subida la hice regular,

Casi el final de la subida
bueno, bastante bien para el estado de forma en que me encuentro, pero en la bajada, sabiendo que es una carrera corta y que no hay que reservar las piernas la hice muy a gusto, lanzado, adelantando a bastante gente y como decía antes disfrutando como un niño.


Uno de los tramos con hielo y nieve.

Higinio con Santi "Kuka", organizador de la subida del Pico El Águila y que también está tramando nuevas aventuras por la zona de Gredos y Béjar. Pasándoselo los dos en grande y justo antes de entrar en esa zona de nieve. No sé si en ese tramo o en otro, pero los dos se fueron al suelo.
Por otra parte, iba con miedo de que me dieran la lata los gemelos o los sóleos y llevaba las pantorrilleras, pero no hubo problema alguno. Estrené las mallas "compresivas" y supongo que algún efecto harían, pero hoy tengo agujetas, claro que entre esquí y carrera lo que tengo es un cansancio general y dolores en músculos varios, jeje.

En definitiva un fin de semana muy bien aprovechado y muy completito.

domingo, 15 de enero de 2012

Y llegaron los reyes.

Es una forma de hablar, porque las compras ya estaban hechas antes y no precisamente por ser estas fechas de regalos y consumos, sino por pura necesidad, si bien es posible que lo que vienes necesitando durante un tiempo y cuya compra vas retrasando no se sabe muy bien porqué, al final te ves empujado por el ambiente general de "gastar y comprar".

En fin, estos son  "los reyes" que fueron llegando a casa a lo largo del mes de diciembre:

Me he pasado al lado oscuro de "la compresión".


Las pantorrilleras por necesidad, últimamente estoy teniendo problemas con los gemelos-sóleos con más frecuncia de lo que sería deseable, a ver si con esto se soluciona algo. De momento no han hecho milagros, pero supongo que algo harán. Las mallas, espero que también hagan algún "milagrito" aunque sea pequeño; en las carreras de montaña se me cargan muchísismo los cuádriceps, con unas agujetas que duran días, principalmente por falta de entrenamiento adecuado y quizás también por falta de una técnica correcta. Eso no lo van a solucionar las mallas en cuestión, pero espero que algo me ayuden, jajaja, de ilusìón también se vive. Por cierto marca Hoko  marca española que conocí gracias a Atalanta y que tiene una ventaja sobre otras más reconocidas: el precio.

Pantalón corto Under Armour. Muy ligero y con una pinta estupenda. Tengo una camiseta y unas mallas "piratas" de esta marca que me parecen muy buenas, espero que el pantalón también lo sea, aunque esto de comprar por internet tiene algunos problemas si no controlas exactamente la talla, me queda un pelín grande, pero bueno, tampoco es un gran problema.


New Balance 860. La última versión del mismo modelo que llevo usando ya un montón de años en sus distintas "actualizaciones". La verdad es que desde que compré mis primeras zapatillas de correr, que fueron NB como podían haber sido cualesquiera otras, no he cambiado de marca para correr en asfalto. NB sobrias y eficaces, además por lo general suelen ser algo más baratillas que otras marcas punteras.


Y como colofón, en cuanto a material técnico, unas pantuflas para estar en casa marca "Ni Su". Le voy a hacer más kilómetros que a las NB. Espero que aguante bien la amortiguación, jajajajaja.


Y lo que sí han sido unos verdaderos "reyes" inesperados ha sido este pedazo de casco que me ha regalado el amigo Gonzi. Él ya no lo va a usar y a mí me va a venir muy bien. Ya lo teníamos "apalabrado", pero fue toda una sorpresa que llegara a casa por correo casi casi por Reyes. Gracias una vez más amigo.


Aún no lo he estrenado (no está el tiempo para andar en moto), pero ya lo he "etiquetado".

miércoles, 11 de enero de 2012

Pernicote.

Hoy un palabro que ha llegado hasta aquí sin querer, sobre la marcha. Ni siquiera creo que sea un palabro exclusivamente "charruno", supongo que sea conocido en todas partes y de un uso más o menos generalizado, sin embargo el hecho de que determinadas personas cercanas no tuvieran ni idea de su significado me hace que lo traiga aquí para, en la medida de mis polibilidades, darlo a conocer.


Viendo la foto ya no hace falta explicar qué es un "pernicote", en definitiva no es más que el hueso del jamón, o mejor dicho, lo que queda del jamón: hueso y algunos restos de carne una vez dada cuenta del jamón. Aprovechable aún para hacer un caldito, de esos que levantan cuerpo y alma en estas gélidas mañanas invernizas.

La foto (que todo hay que decirlo no es especialmente buena) no es de pernicotes al natural, sino de un cuadro que hay en un bar de Hoyos del Espino y que dio pie a la conversación que a su vez ha dado pie a esta entrada.

viernes, 6 de enero de 2012

Carrerita. Nochevieja. Cumbre.

Un año más Atalanta y yo nos planteamos pasar una nochevieja "distinta", lejos de bullicios, macrofiestas, galas televisivas más que pasadas ya de rosca y otros comportamientos al uso. Aunque lo cierto es que mis últimas nocheviejas ya estaban muy alejadas de esas celebraciones, desde hace unos años, sin duda, es el día que más pronto me acuesto de todo el año, sin esperar siquiera a las 0:00.

Así que para dos tipos un tanto "raros" el plan tampoco resultaba tan descabellado, pasar la nochevieja en el Refugio de Gredos como habíamos hecho hace tres años, pero en esta ocasión se unirían además IronManu y Greta.

En nuestra anterior visita a Gredos,  tres semanas atrás, de la que tenéis noticias un poco más abajo, vimos un cartel anunciando la celebración de una San Silvestre en Navarredonda de Gredos de 4´5 km. el sábado 31 a primera hora de la tarde. Los planes, en la maléfica mente de Atalanta, se empezaron a configurar definitivamente: San Silvestre y a continuación sin más esperas iniciaríamos el camino a la Laguna Grande de Gredos para pasar la noche en el refugio.

Por mucho que corramos en la carrera, por mucho que "corramos" en la transición motorizada y por mucho que "corramos" en la marcha se nos va a hacer de noche en la subida, pero no supone gran problema, las condiciones meteorológicas se anuncian perfectas, es más, diría que a medio día hizo hasta "calor".

San Silvestre de Navarredonda de Gredos.



Chulitos, apuntamos alto en la clasificación final, jeje, "a por el lomo", pero poco a poco se van acercando más galgos. Por una vez y sin que sirva de precedente nos colocamos en línea de salida en la primera fila, por salir en las fotos, jeje.  A los 100 metros me da un pinchazo en el gemelo izquierdo, bajo el ritmo pensando incluso en la retirada y sigo controlando que no vaya a más. Lo de los gemelos empieza a ser preocupante, pienso que puede ser por unas zapatillas demasiado "trabajadas". El caso es que aparte del gemelo no voy más, no puedo correr más aprisa, tampoco es que vaya a mil, ni con un fortísimo sofocón, pero está claro que estas fechas con tantos pinchos, tantas cañas, comidas y cenas varias no son las mejores para correr, y se nota. Al final unos 3´7 km. en 16:19. No he visto clasificaciones, pero después de pasarme un montón de gente en la primera vuelta luego me mantuve, más o menos en mitad de la clasificación, supongo.

Nochevieja.

La subida a Gredos la hacemos bien, la temperatura es buena, la poca nieve está bien, ni demasiado deshecha ni excesivamente dura, de modo que no son necesarios los crampones. Ya en la bajada de Los Barrerones hacia la laguna, cuando ya se nos había hecho de noche se nota que baja la temperatura y en alguno sitios la nieve y el agua vuelven a helarse, de modo que pillamos y esquivamos algunas placas de hielo,  pero como somos tan chulos tampoco nos pusimos los crampones, total para lo que quedaba..., pues para lo que quedaba Atalanta se pegó un buen culetazo y yo también tuve un resbalón.

Sin más, cena

mucha gente, buen ambiente


 charla, postre

 y campanadas


Cumbre.

El domingo Atalanta y yo decidimos que intentaríamos subir al Almanzor


pero mi compañero con problemas de "compatibilidad de material" tuvo que darse la vuelta rápidamente y me quedo solo en la ascensión. Subo a muy buen ritmo, la nieve está perfecta aún está dura y los crampones "enganchan" perfectamente, el día y la temperatura otra vez fenomenales y para arriba sin problemas. En los últimos momentos de la canal que lleva a la Portilla del Crampón  la cosa ya se pone algo más seria


la pendiente es mayor y si bien, hacia arriba el camino se hace relativamente bien pese  que la nieve por aquí está algo más suelta, empiezan a aparecer ciertas dudas pensando en el momento de la bajada, pues al mirar hacia atrás aquello se ve muy muy pendiente. Una vez pasada la portilla la cosa se pone un poco más "tensa" dudo si darme la vuelta, nunca había subido en invierno hasta allí ni había andado sobre terreno relativamente técnico con crampones y piolet. Tiendes a pensar que cualquier pequeño tropezón, la falta de costumbre de andar con los crampones o cualquier mal resbalón te lleva a aparecer en La Vera, 2000 metros más abajo.


Con ciertas dudas sigo hacia arriba, y voy pensando que la bajada se hará como se pueda eso sí con mucho cuidadito. Llegando al último escalón para alcanzar la cima me ecuentro con tres montañeros que empiezan a bajar encordados y con precaución pero lo más sorprendente, con un perro que anda por alli como si estuviera a las puertas del refugio. Luego ya en la bajada encontré a otra gente que subía con perros que del mismo modo andaban a sus anchas, todavía no me lo explico.

Último escalón, una pequeña trepada y cima.


Curioso, ya son unas cuantas veces las que he estado allí arriba y en esta ocasión incluso sobre las rocas de arriba en las que no había ni nieve ni hielo y se andaba igual de fácil que en verano, sin embargo me seguía sintiendo "torpe".

Bajada con mucho, muchísimo cuidado, tomandome más de un respiro, más lento incluso que para subir y ya en la parte más fácil cuando bajas un poco la guardia con algún pequeño susto en forma de enganchón de una de las puntas del crampón con el pantalón. Y es que una vez en faena te das cuenta de que no llevas el mejor equipo precisamente, son subidas al estilo jaramugo se decide que para allá y para allá que vas, sin pensar en más.

Una vez pasado todo el peligro, en zonas menos pendientes me viene a la cabeza la faceta de corremontañero, pienso que si estuviera en una carrera esas zonas sin duda las haría corriendo, sin campones ni piolet ni tantas precauciones, así que me lanzo y hago bastantes tramos trotando y pasándomelo, ahora sí como un enano, de modo que llego al refugio incluso antes de lo que pensaba y muy satisfecho de mi primer Almanzor invernal.

La vuelta, como todo el mundo, la hicimos atravesando la laguna helada, maravillosa sensación.


Por cierto para los que se pregunten qué paso con el igloo: se vino abajo, Al parecer a los pocos días de estar allí llovió lo que unido a unas temperaturas un poco altas hizo que se derrumbara.

En fin, este es le relato, tardío como siempre, de un par de días estupendos para finalizar y empezar un nuevo año.