domingo, 25 de marzo de 2012

Alto Sil 2012. Un escenario nuevo.

Toda esta semana he estado muy perezoso para escribir, además esto de participar varias veces en las mismas pruebas y contarlas luego, da como resultado que uno se acaba repitiendo, así que como lo más destacado ya está  contado el año pasado  y el anterior me centraré, básicamente a base de fotos (las he ido pillando de aquí y de allá, gracias a los fotógrafos y a los corredores-fotógrafos que las han ido poniendo luego en el internés), en el aspecto novedoso que supuso hacer prácticamente toda la carrera sobre nieve salvo el paso por el punto más bajo en Páramo del Sil.

Otra novedad fue que la organización nos ofreció una estupenda cena de pasta el sábado al módico precio de 5 euripios. Ya por la tarde había encontrado a Yonhey y a Alberto  junto a otros "RdB"


con los que compartí la cena, y algo más


Como en los años anteriores dormí en la tienda. Ya a lo largo de la noche se oía "algo sospechoso" y esto es lo que encontré al asomar la cabeza cuando me levanté a las 7:30


Sin embargo no hacía ni mucho menos tanto frío como hace dos años, un poco más tarde el coche me marcaba 0º (lo que viene siendo ni frío ni calor).

Obligatorio cortavientos, buf o gorra y guantes, porque en los altos se prevé mucho frío y viento. De momento salgo en plan machote con el chubasquero atado a la cintura y los guantes en los bolsillos (sólo llevaba esa camiseta y los manguitos, nada debajo, aunque parezca que llevo 3 ó 4 capas, lo que pasa es que estoy mu gordo, jeje), y luego ya veremos ...


Primera subida. Pista.



Primera bajada. En gran parte cortafuegos y empiezo a notar que se cargan los cuádriceps. Es lo que tiene no entrenar prácticamente nada y montaña menos aún.

 



Tras el paso por Páramo empieza una nueva subida, la más larga. En este caso hay novedad en el recorrido, han cambiado la subida por pista por un sendero mucho más atractivo.



Al poco de empezar a subir me dan unos "achuchones" de estómago que me hacen parar, continúo y al rato los achuchones se repiten, hasta que no tengo más remedio que parar para aligerar peso detrás de esa cabaña.


Llegando al final de la subida hay una explanada. Aquí en terreno alto y abierto sopla el aire de cara y hace bastante frío, con algo de ventisca, sin embargo no me pongo el chubasquero ni los guantes, será sólo un momento en lo que empecemos la bajada. Con la camiseta empapada parece que llevo una plancha de hielo en el pecho y la visera de la gorra también se queda congelada con la nieve pegada.


Es el punto más alto de la carrera y prácticamente la mitad del recorrido, han puesto un arco en medio de la nada y poco más adelante en un refugio hay avituallamiento y control de tiempo intermedio.



Así estaba un par de días antes cuando fueron a marcar el recorrido.

Poco después del aviutallamiento empieza la bajada hacia Primout, en principio fácil sin mucha pendiente y por caminos amplios y despejados



y un poco más adelante la parte más complicada con algo de barro y árboles y ramas que obligan a ir mirando continuamente arriba y abajo



Primout, encajado en el fondo de un estrecho valle donde, según mi amigo Fernando del vecino pueblo de Noceda del Bierzo, "el sol nunca entrou y una vez que entrou a todos quemou", de postal navideña


Pasado el pueblo la carrera discurre junto al río, otra zona complidaca y divertida con zonas encharcadas, mucho barro y piedras resbaladizas, sin embargo este año el río no viene crecido como los años anteriores y apenas nos mojamos poco más que los pies, nada del agua por las rodillas como los años pasados. Si es difícil para nosotros aún no me explico cómo llegaron allí dos ciclistas con los que me crucé. Por la sorpresa al verlos o por distraerme "de lo mío" en el momento de cruzarnos tropecé con una piedra y vi el suelo a un palmo de la nariz, pero pude poner las manos a tiempo y no pasó de ahí.



Una vez que dejamos el río comienza la tercera subida hasta La Collada. Para mi la parte más fea de la carrera, pista muy empinada y que nunca se me ha dado bien.

Y desde la Collada, bajada final hasta Santa Cruz, en su mayor parte entre bosques. Llego ya bastante cansado, falto de kilómetros y de fondo, los cuádriceps ya muy tocados y tengo también algunos calambres, aunque en ese sentido pensé que me iría mucho peor, desde luego este final entraba dentro de lo previsible. Con algunas zonas muy empinadas y resbaladizas, ni las fuerzas ni los reflejos responden, lo que se traduce en un buen culetazo. En la subida y en la última parte de la bajada ya mucho más sencilla y en la que se puede correr bastante (el que llegue con una chispita de fuerzas) me ha pasado un montón de gente.

Al final contento por acabar, 4 horas y 12 minutos para una distancia sin determinar exactamente entre 30 y 32 km. Lo dejaremos en 31 por ejemplo, algo más larga con el nuevo recorrido.

Tras la entrega de premios, con el original y rústico pódium


paella para todo el mundo y hasta otro año.

Como siempre organización extraordinaria y ambiente fenomenal. Esta carrera ya se ha ganado un nombre y un sitio en el inicio de temporada. Además este año con una participación de muchísimo nivel. Realmente buen nivel lo ha tenido siempre (Heras creo que ganó los dos años anteriores), pero este año había muchos más de los buenos, incluso con corredores extranjeros de renombre. Aviso a interesados para futuras ediciones: las 400 plazas que había se acabaron en menos de un día.

Ah, que se me olvidaba, sin noticias del gemelo. Sin embargo salí el jueves un ratillo por ver si las agujetas iban desapareciendo del todo y el gemelo volvió a molestarme un poquillo, ya no sé si es sugestión, si son las zapatillas o si es el asfalto. Bueno, a ver si con el cambio de hora ya puedo salir de día y dejar el recorrido del invierno con sus farolas, sus aceras y su asfalto para correr algo más por el campo, a ver si la cosa va mejor.

Ale, al final he soltado un buen rollete como siempre.

P.S.- Muchas gracias a Gelu y Fernando y sus respectivas familias por acogerme en Ponferrada y Noceda.

martes, 13 de marzo de 2012

Duatlón de Salamanca. La ilusión de un niño.

Antes de nada: aunque pertenezco al Club Triatlón Salamanca soy, digamos, un "freelance" (¿se dice así?), un pájaro independiente, así que desde la lejanía de la periferia provincial sólo conozco a algunos del club, a otros de los que andaban por allí tanto en la organización como participantes los voy conociendo poco  poco de vernos en unas y otras, y a otros que me saludaban al verme con el mono pues ni idea, en fin habrá más ocasiones, aunque con lo despistado que soy yo para estas cosas lo mismo cuando los vuelva a ver tampoco los reconozco. En fin, disculpas por anticipado.

Pese a tales antecentes, siendo la prueba organizada por el club creo que es de recibo encabezar esta cróncia con una foto de todos o casi todos los miembros del Club Triatlón Salamanca que andábamos calentando poco antes de la salida. Morgan nos retrató para La Gaceta (también ha salido la foto en El Adelanto). Merecerían otra foto los que no pudieron participar por estar en las oscuras y a veces ingratas tareas organizativas.


Y vamos al lío, con

 "La ilusión de un niño".

Ese niño no es otro que Javichi, que ya se ha asomado en alguna ocasión por este blog. Hemos vivido la carrera con sensaciones e ilusiones parecidas en su desarrollo.

Poco antes de la salida, cuando estaba acabando con mi calentamiento aparecieron Villi padre y Villi hijo. El calentamiento únicamente había consistido en calentar y estirar el gemelo derecho que me había dado problemas antes y durante la media maratón de Salamanca el domingo anterior. Esta semana no había salido nada a correr, ya no tenía molestias al andar y ni siquiera al masajearme la zona y el viernes después de unos 50 km. de bici quise hacer una pequeña transición por probar: 17 minutos, al final otra vez tocado y medio cojo para casa.

Por ello acudo al duatlón con muchas dudas y como la semana antes en la media con la única pretensión de acabar, controlando en todo momento que la lesión no se agrave en exceso. Cuando aparecen los Villis, me dice Javier que tengo que ganar para darle la medalla que gane, "vale tío eso está hecho, si gano te doy la medalla", jeje tan fácil de decir como seguro de que el crío se va a quedar sin medalla.

Dan la salida y me quedo el último. No, no es una forma de hablar, aquí lo tenéis


 Según me dice Villi padre, al ver Villi hijo que pasaban todos y cuando me vio pasar el último se llevó su primer desengaño, jeje, dijo con desilusión algo así como : "jo, si ya me parecía a mí".

Lo cierto es que salí con mucha precaución por el gemelo, pero aunque no hubiera sido así no habría estado mucho más adelante. Esta gente, a diferencia de la larga distancia jovenzuelos en su mayor parte, salen como balas. Muy poco a poco voy adelantando a algunos participantes, el gemelo me molesta, pero no me impide "trotar", y cada vez o molesta menos o al menos "le hago menos caso" y voy cogiendo ritmo. 

Son dos vueltas a un circuito y cuando pasamos cerca de boxes y del público Villito ve que aquello no marcha según sus planes, sigo muy lejos de la cabeza y ya se ve sin "su medalla", con lo que al parecer se puso un rato un poco "morrongo".  Como yo, sin llegar a tomármelo a mal (faltaría más) pero siento que sin estar lesionado iría algo más adelante, pero tampoco  creo que hubiera adelantado muchos puestos, juer que aquí todo el mundo corre mucho, al final el 78 en este sector, adelanté a unos 9 ó 10. Si las mediciones que da la organización son correctas habría hecho los 5´2 km. a 4:32, lo cual supera en muchísimo mis mejores pretensiones (lo que me hace dudar de la exactitud de la medición, pero bueno el beneficio de la duda en este caso sí que es "beneficioso").

Transición sólo regular y con la bici sí es ya otro cantar. No llevo muchos kilómetros este año, pero el circuito tiene algunos tramos muy buenos para rodar como a mí me gusta, eso sí con un aire muy molesto en algunas zonas (claro que luego daba a favor) y dos cuestas muy "perrentinas" que te dejaban las piernas flojas.

Encarando la primera de las cuestas a la que encima tenías que entrar casi parado por una curva de casi 180º, con pose "mu profesional"


Las tres veces que la hemos subido he llegado arriba bufando y con dolor de piernas. La otra cuesta sin embargo se hacía más llevadera, porque pese a ser algo más larga la mitad la haces con la inercia de bajar la primera.

Parece ser que Javierín ya había recuperado la ilusión asumiendo que lo de la medalla era mision imposible, así que se dedicó animarme cuanto pudo, junto a otras voces imposibles de reconocer en el fragor de la velocidad ciclista. Con la bici, como preveía, sí adelaté a bastantes, parcial 59. 

 

Segunda transición bastante bien y a correr.

En este último sector el gemelo se queja menos aún que al principio, incluso hay momentos en que me quiero olvidar de él y dar lo máximo que pueda, que tampoco es que sea mucho, sin embargo un ligero pinchazo no acaba de desaparecer y me hace correr medio cojo. Pero estoy contento, voy a acabar sin mayores problemas y haciendo, relativamente,  un buen tiempo corriendo estos 2´5 km a 4:45 para hacer el parcial 71.

Javierín también está contento, sin medalla, pero ilusionado, está con su padre  poco antes de meta, "¿papá puedo correr con Agus?" y se viene corriendo a mi lado, le doy la mano y hacemos juntos la última recta para entrar los dos más que satisfechos. El tío nada más pasar la pancarta se puso a aplaudir muy serio satisfecho de la labor de unos y otros, este crío es un fenómeno, jeje, aquí hay futuro.


P.S.- Todas las fotos excepto al primera por cortesía (aunque me las apropio sin su permiso, jeje) de A. y de DvDg. Gracias de nuevo, pareja.

Y para acabar música. Este fin de semana ha muerto Benjamín Escoriza, que fue cantante de Radio Tarifa y luego continuó carrera en solitario. Radio Tarifa nació, de la mano de Faín S. Dueñas y con Vincent Molino como tercera pata del banco, a principios de los 90 haciendo fusión de culturas, mestizaje, concepto que quizás de puro usado y abusado suene un tanto vacío. Sin embargo mezclaban con enorme elegancia música, canciones, instrumentos, ritmos y sonidos de Andalucía, Castilla e incluso de más al norte, alguna canción medio gallega medio asturiana, árabes, sefardíes. Como digo en grabación con mucha elegancia y mesura, en vivo con una fuerza enorme dando salida al potencial de las percusiones y mayor protagonismo a la voz un punto "chulesca" y aflamencada de Benjamín.

Rumba Argelina fue quizás su primer éxito, la canción que abría y daba título al primer disco del grupo, para mí, como para mucha gente una auténtica revelación.



miércoles, 7 de marzo de 2012

Dos buenos entrenamientos y una media maratón. 1/2 IM en tres días.

Eso es lo que dio de sí el fin de semana: un 1/2 IM, pero en tres días.

El viernes natación

Bueno fue algo más que en un 1/2, fueron 2.600 metros que me supieron a gloria. No es que esté nadando en mis mejores tiempos, todavía no son las fechas, pero por momentos me sentí muy a gusto. Después de un comienzo de año más o menos bueno pero con algunos parones, volví a nadar cómodo.

El sábado bici

Se acabará conviertiendo en un clásico. Ciudad Rodrigo-Salamanca. 89 km. en 2 h.58´; 30 km/h de media, clavados. Y digo que será más o menos habitual ir a pasar el fin de semana a Salamanca en bici cuando por circunstancias de más gente que vaya  se cuente con un vehículo para volver bici y ciclista. En este caso contaba con Phaeton, pero había otras muchas posibilidades para volver con motivo de la celebración de la Media de Salamanca y la alta concurrencia de farintaos en la misma.

Día nublado después de tantos días de sol  y temperatura algo fresca, pero no fría, un buen día para la bici. Además el poco viento que soplaba era favorable, así que, terreno fácil, prácticamente llano, sin calor y viento a favor: vamos mis condiciones ideales, jeje, tenía que ser siempre así, aunque más avanzada la temporada también guste enfrentarse a los puertos. Pero amiguitos, qué gozada ver el cuenta muchas veces a 40 y pico por hora.

Y el domingo I Media Maratón de Salamanca

Después de dos de cal, tocaba la de arena. Tampoco es que fuera un "fracaso", porque ya sabía en las condiciones que iba y lo que iba a pasar, y se confirmaron las expectativas, aunque sí fue un poco peor de lo que pensaba. 

Iba cojo y cojo corrí, para hacer 1:46:52.

El martes pasado me aparecieron unas molestias en el gemelo derecho. Pero no en la parte baja de los gemelos o los sóleos, donde en otras ocasiones he tenido problemas en ambas piernas, sino en la parte superior externa. Es algo extraño, nunca había tenido molestias ahí y además tampoco es que llegara excesivamente cargado de kilómetros, al revés, de momento en lo que va de año he corrido más bien poco. El jueves volví a salir, con el mismo panorama, a los 4 ó 5 kilómetros otra vez molestias; no lo suficientemente fuertes como para hacerme parar, pero sí para hacerme ir medio cojo. Así al  tran tran completé 14 km que eran la prueba para saber si podría hacer la media de Salamanca, no corría "tanta" distancia desde finales de diciembre.

Con tales antecedentes el objetivo de la media sólo era acabar y disfrutar del ambientazo que se preveía, como así fue. Desde luego si no hubiera sido en Salamanca y la primera edición seguramente no la habría corrido. En definitiva se trataba de ser partícipe de una carrera que había nacido grande, con el éxito que supuso el agotar las plazas disponibles y las sucesivas ampliaciones hasta el tope que se puso la organización de 1.800. Además, entre otros muchos amigos y conocidos, gran concurrencia de farintos y de entre éstos una buena representación jaramuguil (estábamos casi al completo), con algunos hace tiempo que no coincidía en una carrera.

Aquí una parte de los jaramugos (parece que los barbitas estamos de moda, pero se nos coló un imberbe en la foto).


La salida cuesta abajo, pese a ir reteniéndome, más rápida de lo que pensaba (tampoco fui consciente hasta ver el crono al pasar por el km. 2, más o menos lo que aguanté con Míchel). Más adelante aparecieron las esperadas molestias del gemelo, la bajada de ritmo,  la primera cuesta, el encuentro con Juanmi "Titi" con el que hice otros 2 ó 3 kilómetros por Vistahermosa (donde nos "retrató" Morgan, foto que salió en la edición "papel" de La Gaceta) y el Zurguén y si hasta entonces había ido al tran tran, pero más o menos bien, a partir de entonces empezó el penar.

 

Todo el tramo del río muy lento, medio cojeando, y adelantándome gente en tropel, para rematar con el cuestoncio y los últimos kilómetros desangelados antes de enfilar las avenidas previas a meta. Pero tampoco iba "frito", por momentos pensaba que pese al gemelo podía acelerar algo, que el ritmo cansino no era sólo por el gemelo, que había también algo de cabeza. No es que esté en un gran momento de forma, pero tampoco para ir arrastrándome a más de 5:30 el km., sin embargo el desánimo y el acomodarte a ese ritmo tontorrón no me "dejaban" sacar algo más de chispa, con lo cual me limité a ver pasar los kilómetros, deseando acabar con aquéllo, haciendo sendos intentos, que quedaron en eso, en  vanos intentos, de  bajar primero de 1:45 y luego de 1:46.

Por otra parte la carrera confirmó las expectativas, fenomenal ambiente y extraordinaria organización. El recorrido duro como ya sabía, aunque más de lo que pensaba y  demasiado "extrarradio". Seguramente, viendo la extaordinaria respuesta de los corredores y las posibilidades de que el año próximo se puedan aumentar dorsales, lo cual significa más corredores-turistas foráneos con familias y acompañantes, es decir, más "cuartos" para la economía local, la organización pueda "presionar" algo más al Ayuntamiento para que sea más céntrico y desde luego mucho más atractivo.