El sábado, tercero día del mes de octubre del año del Señor de dos mil y quince es el señalado desde hace muchas semanas para una nueva y dura batalla.
Habrá que afrontar en primer lugar una larga travesía por la mar oceana desde las playas portuguesas del Algarve, enfrentando las procelosas aguas, ignotos peligros y monstruos marinos, para adentrarse después en penosa expedición, remontando la margen diestra del río Guadiana en duras tierras lusitanas a lomos de ligeros ingenios mecánicos de modernos materiales cual si de briosos, pero a la vez recios corceles se tratara, cruzar el río fronterizo con los reinos de las Españas y descender de nuevo por la margen siniestra del Guadiana buscando la cercanía del mar en Ayamonte, para emprender, ya a pie, la verdadera conquista de las tierras de Ayamonte en primer lugar y tras cruzar de nuevo el río que hace la raya con la Lusitania por una magnífica puente, conquistar después, no sin graves penalidades, la Vila Real de Santo Antonio y las playas de Monte Gordo.
Aún de noche finalizan los preparativos en boxes, con la compañía de Abel Atalanta, que también estaba apuntado, pero que, entre lesiones, desgana y falta de decisión (ya casi crónica) ha preferido no participar ni siquiera en la natación, sin embargo sí que se pega el madrugón para acompañarme y ver el ambientillo.
La mar oceana.
El día es perfecto, temperatura agradable un pelín fresca, como corresponde a estas horas de la amanecida, y sin viento. Así al acercarnos al agua se disipa uno de los temores que pueden presentarse al afrontar la natación en el mar, la "temible" mar oceana no es tal y está plana como un plato. Eso sí, lo que nunca quita uno es la sensación de lejanía de las boyas, y más ahora que voy viendo cada vez menos y no soy capaz de atisbar las más lejanas. Algo de calentamiento por probar el agua, perfecta. Fotos, línea de salida y al agua.
He nadado razonablemente bien, cómodo, sin agobios, casi sin "roces" ni siquiera en los primeros momentos. Sin embargo se desperdiga mucho la gente, ya no sé si soy yo o son los demás, o si había corrientes, pero nadamos muy separados. Primer largo hacia el interior, segundo paralelo a la playa y el tercero ya de vuelta haciendo una ligera diagonal hacia el punto de salida para comenzar la segunda vuelta. Y si no tuvimos que enfrentarnos a ningún temporal, sin embargo sí hubo que hacerlo con temibles monstruos marinos. En los tramos más alejados de la playa y más profundos ya se había intuido algo, pero pese a la claridad del agua no había sido capaz de distinguir a los monstruos, pero en el tercer largo, de vuelta hacia la playa, se van viendo cada vez más. Medusas. Medusas grandes, muy grandes, con una enorme "cabeza" deslizándose parsimoniosamente, en un primer momento a profundidad que marca una distancia de "seguridad" tranquilizadora, pero cada vez más cerca de la superficie, lo que te lleva a darle ciertas vueltas a la cabeza y empezar a pensar en grandes picores. Imagino que no serán peligrosas, tiendo a pensar que los bichos venenosos lo son más cuanto más pequeños, pero la intranquilidad sigue, aunque su picadura sea leve. Por otra parte creo que si realmente fueran un problema la organización lo habría advertido por todos los medios (ignoro si se dijo algo al respecto en la charla del viernes). En cualquier caso, sean inofensivas o no, es preferible no comprobarlo en persona, por lo que sobre todo en la segunda vuelta me tocó hacer algún gesto raro con los pies para evitarlo (o al menos a mi me parecía que estaban muy cerca) con riesgo de algún tirón muscular ya a esas alturas de la natación, además de que casi me choco con una de frente.
En fin aparte de eso no sé si es que cada vez nado más lento o si cada vez los ironmanes estos tienen la natación más larga. 1:40:41, que es casi lo mismo que hice en el Iberman de hace dos años, pero que sin embargo son 11 minutos más que el Northwest este año. Lo cierto es que en mi Garmin (el 310), que si bien no sirve para medir las distancias en natación con precisión, me da 4.350 metros, que aparte de como digo su propia imprecisión y las eses que yo haya dado me sigue pareciendo mucha diferencia con los 3.800 metros oficiales. Lo que sí me deja más satisfecho es que he nadado casi al mismo ritmo las dos vueltas, la primera en 49:41 y las segunda en 51 minutos (más satisfecho o más insatisfecho, según se mire, porque también se puede considerar que he nadado mal en las dos vueltas, jeje). Pero bueno, salí razonablemente contento del agua.
La federación portuguesa que es quien hacía el cronometraje de la prueba debe haber cambiado el sistema o el programa informático o algo, porque antes además del tiempo parcial de cada sector daban el puesto (incluso de las transiciones) y ahora sólo dan el tiempo, y no me voy a entretener en contar cuántos quedaron por detrás (que en todo caso serían bastante pocos, jeje).
La transición con calma, charlando con Abel al otro lado de la valla.
La expedición al interior.
En el año 2013 el recorrido ciclista era básicamente el mismo, pero en sentido inverso, en aquella ocasión lo hice medianamente bien, pero fue un poco encerrona, aunque nos habían advertido de la dureza no esperaba tanto. Así que este año ya no me pillaba de sorpresa, iba concienciado de que es un recorrido muy rompepiernas, con algunas rampas con bastante desnivel sobre todo en el lado portugués.
Se anunciaba, si no recuerdo mal, unos 168 km con unos 1.900 m de desnivel positivo.Lo de salir tan retrasado del agua tiene una ventaja, que luego voy adelantando "bastante" gente y además me entretengo en ir contándolos, jajaja, al final no sé cuántos fueron porque perdí la cuenta cuando iba por 28 ó 30, se me fue la especie y luego ya no supe si iba por 30 ó 40, además de que luego se complicaba la cosa con el paso por los avituallamientos. El caso es que casi hasta el final fui adelantando participantes, al principio más, luego ya con cuentagotas.
Ruedo rápido cuando se puede y supero las cuestas, algunas con bastante desnivel y otras bastante largas, casi puertos, con solvencia. Todo este tramo portugués que la ocasión anterior me había parecido una auténtica locura ahora lo estoy llevando bastante bien y voy disfrutando. En ocasiones se nota algo de viento en contra, pero es llevadero.Sólo tengo un pequeño susto que pudo haber sido bastante más grave. En general las carreteras son bastante buenas, y en una de esas, con buen firme en una bajada rápida, a más de 50 km/h pillo con la rueda delantera una piedra pequeña en medio de la carretera que me hizo pegar un "bote", menos mal que era una zona con curvas e iba agarrado al manillar, si voy sujeto al acople me voy al suelo.
Mértola, más o menos mitad de recorrido, donde la ocasión anterior estaba situado un avituallamiento caótico en el que se le acabó el agua y estaba la gente rellenando bidones en una fuente. En esta ocasión aquellas deficiencias están subsanadas, lo primero el propio emplazamiento, mucho más amplio y cómodo y lo segundo el avituallamiento como tal, mucho más completo y surtido. Sin embargo, como en el resto de avituallamientos, sólo dan un bidón por persona (ya nos lo habían advertido previamente) de isotónica si quieres agua hay que parar a rellenar tus propios bidones (aunque en algunos casos también había bidones de agua, pero entonces no daban de iso y tendrías que rellenar los tuyos). No me gusta andar parando, pero bueno, aparte de que al final hasta viene bien, tampoco es tan gran molestia.
Al salir de Mértola viene un gran cuestoncio. Concienciado como iba con el asunto, no lo dudo ni un momento, meto el platillo y p´arriba. De todos modos fue la única vez que lo puse, pensaba que habría tenido que recurrir a él en alguna ocasión anterior. Y de ahí hasta la frontera con España un tramo en principio favorable, pero que se me hizo muy pesado, no lo recordaba tan largo de la vez anterior y estaba deseando llegar a la fortísima bajada que nos lleva al río Chanza que aquí es el que hace frontera entre España y Portugal justo antes de desembocar en el Guadiana, es el Km 105. El recorrido en tierras españolas es más "amable" que el portugués. Tras una buena primera subida para salir del encajonamiento del valle luego todo será bastante más tendido, de momento casi todo cuesta arriba, que subo bastante bien, si no recuerdo mal ayudado con algo de viento. En Villanueva de los Castillejos (km.130) prácticamente se alcanza el punto más alto de la prueba, por lo tanto, en teoría a partir de ahora, aunque con algunos toboganes habrá que bajar hasta el nivel del mar. Voy pensando en aprovechar esa circunstancia para ir descansando algo las piernas. Sin embargo no siempre las cosas salen como uno quiere, un viento contrario cada vez mas fuerte, que se deja notar en los molinos que vamos viendo en la lejanía, desbarata esos planes. Habrá que seguir peleando hasta el final.
Y ¡qué final!. Ya en las calles de Ayamonte, circulando cuesta abajo a buena velocidad, para entrar a boxes hay que dejar la avenida que traemos y girar a la derecha donde te encuentras una rampa de no más de 100 metros que seguro que, por dura y por inesperada, a más de uno le hizo bajarse de la bici antes de tiempo, jajaja.
Me salen 167´5 km en 6 h 34´ (5 minutos más en la clasificación oficial, contando las paradas) a 25´5 km/h y 1.700 metros de desnivel.
Otra vez hago la transición con calma y sin mayores complicaciones.
Empieza la verdadera batalla, la hora de la verdad. Se trata de volver a Monte Gordo, un tramo de unos 17 km y luego tres vueltas de unos 8 km de ida y vuelta entre Monte Gordo y Vila Real de Santo Antonio. Salgo muy bien, cómodo, apenas paro en los avituallamientos y voy adelantando corredores. Digno de mención el paso sobre el puente internacional, un puente "colgante" en el que le viento hace sonar espectacularmente los cables que lo sujetan.
Contra pronóstico sigo "corriendo ligero", bastantes kilómetros en torno a 5:30, y llego al km.17 en Monte Gordo con una media de 5:40, sin haber parado a caminar salvo unos pocos metros al paso por los avituallamientos. Inaudito para mí. Creo que en ningún de mis anteriores IM he corrido tantos kilómetros seguidos, sin hacer algún tramo ya caminando, y además a un buen ritmo. Decido alargar este disfrute hasta donde pueda, me gustaría llegar así al menos hasta la mitad de la carrera, soy plenamente consciente de que será imposible seguir así mucho más y tras el avituallamiento más o menos en el km 19´5 ya hago el primer tramo caminando. A partir de ese momento ya se alternan los ratos de correr con los de andar y se me empieza a hacer pesado el recorrido sobre todo por la larguísima recta, aunque se hace más ameno por el continuo ir y venir de corredores y acompañantes mientras se va haciendo de noche. . Aunque ahora pienso que quizás no di todo lo que podía, que, efectivamente ya iba fundido, pero que no llegué a exprimir todo lo que podía, acomodándome a ese trotandar, claro que ahora es fácil pensarlo, jajaja, lo jodido era hacerlo allí. Pero bueno, sí que se me fue el tiempo bastante para como había hecho la primera parte de la carrera y lo que podía haber sido un tiempo bastante bueno se quedó en algo discreto.
En la última vuelta me sale al encuentro Abel que ya me acompaña más o menos los últimos 4 kilómetros. Está lesionado y no puede correr, vamos caminando y charlando la mayor parte del tiempo, pero alguna vez que me pongo a "correr", él, andando, va al mismo ritmo que yo corriendo, jeje. Al final, me animo a apretar un poco para hacer, como intento siempre, los últimos metros "dignamente".
Según el señor GPS, 42´05 km en 5:17:33.
En definitiva 13:46:07, y puesto 203 de 263 que acabaron. En mi categoría de viejuno el 11 de 15, aunque en mis delirios mientras todo iba bien llegué a pensar en estar más arriba, viendo ahora la clasificación, aunque todo hubiera ido muy bien pocos puestos habría avanzado, jejeje. Pero ahí sigo, 8 IM como 8 soles y con intención de seguir en la brecha.
Aquí los datos del GPS https://connect.garmin.com/modern/activity/919219125
Contra pronóstico sigo "corriendo ligero", bastantes kilómetros en torno a 5:30, y llego al km.17 en Monte Gordo con una media de 5:40, sin haber parado a caminar salvo unos pocos metros al paso por los avituallamientos. Inaudito para mí. Creo que en ningún de mis anteriores IM he corrido tantos kilómetros seguidos, sin hacer algún tramo ya caminando, y además a un buen ritmo. Decido alargar este disfrute hasta donde pueda, me gustaría llegar así al menos hasta la mitad de la carrera, soy plenamente consciente de que será imposible seguir así mucho más y tras el avituallamiento más o menos en el km 19´5 ya hago el primer tramo caminando. A partir de ese momento ya se alternan los ratos de correr con los de andar y se me empieza a hacer pesado el recorrido sobre todo por la larguísima recta, aunque se hace más ameno por el continuo ir y venir de corredores y acompañantes mientras se va haciendo de noche. . Aunque ahora pienso que quizás no di todo lo que podía, que, efectivamente ya iba fundido, pero que no llegué a exprimir todo lo que podía, acomodándome a ese trotandar, claro que ahora es fácil pensarlo, jajaja, lo jodido era hacerlo allí. Pero bueno, sí que se me fue el tiempo bastante para como había hecho la primera parte de la carrera y lo que podía haber sido un tiempo bastante bueno se quedó en algo discreto.
En la última vuelta me sale al encuentro Abel que ya me acompaña más o menos los últimos 4 kilómetros. Está lesionado y no puede correr, vamos caminando y charlando la mayor parte del tiempo, pero alguna vez que me pongo a "correr", él, andando, va al mismo ritmo que yo corriendo, jeje. Al final, me animo a apretar un poco para hacer, como intento siempre, los últimos metros "dignamente".
Según el señor GPS, 42´05 km en 5:17:33.
En definitiva 13:46:07, y puesto 203 de 263 que acabaron. En mi categoría de viejuno el 11 de 15, aunque en mis delirios mientras todo iba bien llegué a pensar en estar más arriba, viendo ahora la clasificación, aunque todo hubiera ido muy bien pocos puestos habría avanzado, jejeje. Pero ahí sigo, 8 IM como 8 soles y con intención de seguir en la brecha.
Aquí los datos del GPS https://connect.garmin.com/modern/activity/919219125
4 comentarios:
Buenísima crónica, te juro que después de correr ayer en Valencia me planteo mucho como alguien puede tener bemoles para plantarse a hacer un Maratón después de cascarse 180 de bici más 4 km nadando. Olé vosotros
Es mejor no pensarlo, jajaja. A ritmo tontorrón se hace. Gracias.
Que grandote, buena crónica y buen IM, 8 ya son unos cuantos. Enhorabuena y un abrazote.
Gracias Juanlu. Tengo algo abandonado últimamente seguir tus correrías.
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