miércoles, 15 de mayo de 2013

De Agadones, Montes Sacros y Hastialas.

Contra todo pronóstico. El domingo estaba "casi cantado" que sería un día de resaca y reposo, sin embargo el sábado no fue tan duro como se preveía, la noche no se alargó lo que se presumía y el domingo me desperté y levanté a una hora razonable, con un pequeño reseco de boca, pero nada que no solucione una bebida refrescante.

Así que listo para aprovechar el domingo. Las opciones eran estudiar inglés o tirar al monte, que me vendría muy bien de cara a las próximas aventuras ultreras: Courel y Aquilianos. No hace falta que diga cuál fue la elección.

Dada la improvisación necesito un recorrido conocido y a ser posible que no esté muy lejos. Rápido me viene a la mente el sitio perfecto: el GR-10 desde el puente sobre el Río Agadón en Serradilla del Llano hasta el Paso de Los Lobos. Es un camino que me encanta, la época es inmejorable, se puede correr casi todo y si quieres desnivel ahí tienes la subida hasta la Peña. Tiene todo para echar buena parte del día. Hasta las 7 de la tarde no tengo compromisos.

Ya en el coche me acuerdo de que Iron Manu me ha comentado en alguna ocasión que hay un camino desde Monsagro hasta el Copero y de ahí  "a tiro" La Hastiala, la cumbre más alta de la zona (unos metros más que la Peña de Francia). De nuevo tomo la decisión sobre la marcha, hoy es el día para conocer ese camino.

Inicio de marcha, mis objetivos hoy: río Agadón y La Hastiala al fondo a la derecha.
Los dos primeros kilómetros no tienen nada especialmente reseñable, se hacen por pista entre prados y zonas de cultivo. Pero poco a poco te adentras en un hermoso y frondoso valle en principio con robles, luego bosque mediterráneo de encinas y resto de vegetación asociada. Aparte de la vegetación ribereña junto al río.



La ruta discurre paralela al río, pero a media altura, a veces entre cortados rocosos que el camino tradicional va salvando con eficacia.



Agadón significa en estas zonas: hondonada estrecha entre las faldas y repliegues de los montes. Desde luego que lo es, y da nombre no sólo a este río, también a toda una comarca al sur-sureste de Ciudad Rodrigo, uno de los "campos" en que tradicionalmente se dividía la "Tierra de Ciudad Rodrigo", el Campo de Agadones.



Pero salpicando el bosque mediterráneo se encuentran magníficos castaños centenarios que muestran en sus troncos su larga historia, el recuerdo de incendios y enfermedades que han ocasionado sus cien muertes y sus cien resurrecciones,



aunque algunos no pudieran resucitar una vez más y ya sólo veamos su triste esqueleto.


Tras salvar un arroyo lateral con los restos cercanos de un molino


finalmente el camino cruza el río por este otro espléndido puente para continuar ya por una pista con buena pendiente hasta Monsagro.


Monsagro, Monte Sacro, monte sagrado donde según la historia, o quizás la leyenda, tuvo lugar una cruenta batalla contra "el moro" en tiempos de la Reconquista en la que cayó gravemente herido el Obispo Hilario, quien vino a morir en lo que actualmente es, en su honor, Sepulcro Hilario (que si te paras a pensar es un poco complicado de decir "de corrido", así que en el lenguaje popular se conoce como Perculario o Percu).

En Monsagro destacan dos elementos que además se está tratando de promocionar últimamente, uno de carácter natural geológico-paleontológico y otro de carácter etnográfico.

En cuanto al paleontológico, son muy abundantes los restos fósiles en las sierras que rodean al pueblo, y que han sido aprovechados por los lugareños para adornar sus casas.




Por otra parte, el elemento etnográfico característico del pueblo son las eras. Se trata de un conjunto de eras  circulares construidas en forma escalonada en una pendiente hacia el río en la parte baja del pueblo. Merece la pena darse una vueltilla por allí, es cuando menos curioso.





Tras la visita turística retomo la marcha. A partir de ahora ya no conozco el camino así que intentaré seguir las indicaciones del dueño del bar junto a la plaza que muy amablemente me explicó cómo llegar a La Hastiala.

El camino sube en primer lugar hasta el Copero. Sale junto a la Iglesia y tomando aún en el pueblo un par de bifurcaciones a la derecha en seguida se pone muy empinado. Pensé que estaría peor, pero se ve claro y sin pérdida posible, siempre hacia arriba. Monte bajo y canchales. Según se sube va haciéndose cada vez más pedregoso, como aperitivo de lo que vendría después.


A media subida, echando la vista atrás: el pueblo y el camino.


Hacia el este La Peña de Francia y la Mesa del Francés con el Paso de los Lobos en el medio


hacia el sureste la Mesa del Francés y el Mingorro, y en el collado el Puerto de Monsagro, que da acceso a Los Puertitos y desde allí al Valle del Lera y a Las Batuecas.


hacia el suroeste las cumbres "jurdanas" y Las Cancheras


y hacia el norte mi próximo objetivo, el Copero.



Desde el Copero, La Hastiala se ve cerca, al alcance de la mano.


El del bar me ha recomendado que no vaya cumbreando, parece la opción más fácil y según me dice la que sigue la mayoría de la gente, pero me dice que lo mejor es bajar un poco por la ladera norte para coger un sendero que se ve desde la cumbre, aunque en ocasiones no está muy claro y después de pasar bajo la característica "pared triangular" subir a derecho.


Por cierto, que ya que estamos con significados, "hastial" es la fachada de la casa, particularmente la parte superior de la fachada de forma triangular en donde apoyan las vertientes del tejado. ¿Será de ahí de donde le viene el nombre a este monte?.


Un poco por casualidad, otro poco por intuición acierto a dejar el camino en el momento justo (pues sigue a media ladera y luego va bajando) y subir por el canchal que lleva justo a la cima, donde hay una cruz con buzón y paloma, obra del ya citado del bar de Monsagro.


Desde allí dudo si darme la vuelta o seguir hasta mi querida Peña de Francia, parece lejana, pero al menos intentaré enlazar en el collado con el camino que sube de Maíllo y (sin llegar arriba) bajar por la carretera hasta el Paso de los Lobos para volver por el GR-10 por el fondo del valle del Agadón.


Desde la cumbre de La Hastiala se ve un sendero muy poco marcado que evitando también las cumbres discurre un poco por debajo. Afortunadamente di con él y "relativamente" bien pude seguirlo, porque menuda tortura. Si ya el camino desde el Copero había sido más para botas y pantalón largo que para mallas cortas y zapatillas, este es mucho peor. Terreno muy pedregoso, muy incómodo, en ocasiones con canchales, otras con arbustos o pequeños robles con sus belortas (otro palabro, las belortas o belortos son los brotes o tallos que salen del pie de los robles) que hacían muy difícil seguir el camino, con lo que cada pocos pasos tenía que parar y aunque el terreno fuera más o menos llano o incluso cuesta abajo, la marcha era muy lenta y por supuesto correr ni se planteaba.

Ya llegando al final de este tramo, sí se pasa mejor por las cumbres, y en una de ellas, el nacimiento




un poco más adelante tres machos de cabra de buen tamaño que ni se inmutaron, con las "zetas" del GR que bajan del Paso de los Lobos al fondo del valle.




Por fin llego a la carretera y alcanzo el siguiente objetivo, el Paso de los Lobos (aunque la Junta la Diputación o quien sea se empeñe en llamarlo "Los Lobos")


Desde ahí el camino vuelve a ser favorable y conocido y se puede correr a gusto. En el fondo del valle se nota el calor, allí abajo es difícil que entre algo de aire que refresque un poco y me viene a la mente el recuerdo de otra jornada mucho más calurosa de hace dos o tres años en que en esa zona me pillé la pájara más grande de mi vida.

Ahora voy ya tocado, alterno el correr con andar en alguno repechillos, pero disfrutando de las zonas más agrestes y cerradas del valle, zonas de meandros en las que con la disculpa de las fotos me tomo algunos descansillos.



De nuevo en Monsagro


donde paro otra vez en el bar a tomarme un par de cervezas (que venía "saboreando" ya hacía rato) y comentar la ruta con "mi guía", quien me dice que ha pasado por allí una pareja de caminantes a los que les contó mi presencia carreril y que según me dijo me conocían. No sé quiénes puedan ser y me pica la curiosidad, si alguien sabe quiénes anduvieron por Monsagro el domingo 12 de mayo....

En fin, último tramo ya con las fuerzas repuestas y fin de trayecto, 39´7 km, 1.530 metros de desnivel positivo y otros tantos negativos y 7 horas y 25 minutos después (paré el tiempo en las dos paradas en Monsagro). 


Buena paliza que se alargó más de lo previsto por la lentitud en el avance en la montaña. El valle, perfecto para correr; la montaña, desde Monsagro para arriba, pues eso, muy montañera, quitando algunos tramos muy cortos en la subida de Monsagro al Copero, el resto es más de andar y, andar equipado de montaña que de correr, no por los desniveles, sino por el terreno tan complicado.


Más o menos: del inicio a Monsagro, 1 hora. De Monsagro al Copero, 1 hora. Del Copero a La Hastiala, 1 hora. De La Hastiala al Paso de los Lobos, 2 horas. Del Paso de los Lobos a Monsagro, 1:30 horas y de Monsagro al final unos 50 minutos.

6 comentarios:

Si te lo tengo que explicar... dijo...

Menuda jornada de resaca, compañero!!!
A ver si me puedo reenganchar a estas excursiones tuyas, como hice el año pasado. Vaya rutón que te has marcado!!!

Efedexdx dijo...

Como siempre el Ciego Sabino ejerce de "Sabio Sabino".
Esto sí que es una guía completa: comentada e ilustrada.
Buena jornada.

CiegoSabino dijo...

Iron, resaca no tuve, pero todo lo que bebí desde luego lo sudé. A ver si te entonas pronto, hombre.

Efedequis, ya será menos, pero gracias.

Anónimo dijo...

Buen "localtrail", si repites avisa.

Los altos

Michel dijo...

Que pasada de domingo, no?
Gran crónica, buenas fotos y gran ruta.
Me gustaría decirte que uno de los caminantes del bar era yo. Pero por desgracia no puedo.

Un abrazo.

CiegoSabino dijo...

Los altos, ya sabes surgió sobre la marcha.

Michel, buena paliza. No creas que en algún momento no estaba deseando que el coche estuviera mucho más cerca, jeje. ¿No estás para correr ni para andar?.